Así es el metaverso, el nuevo “Internet” que Facebook compite por crear

Pasaremos efectivamente de que las personas que nos vean como una empresa de redes sociales a ser una empresa del metaverso
– Mark Zuckerberg

Las palabras del quinto hombre más rico del planeta, conocido por crear una red social que buscaba conectar a la gente y terminó por poner en duda la definición de democracia a nivel mundial, tienen un peso trascendental al hablar de nuevas tecnologías, sobre todo de una que tiene tantos elementos de ciencia ficción que suena imposible a corto plazo.

Tras los logros y fracasos de Facebook, escuchar que Mark Zuckerberg quiere transitar su compañía de dedicarse a redes sociales (algo que prácticamente hacen con poca competencia) a construir el siguiente paso en la vida en internet (y tal vez la vida humana en general) nos hace pensar que no es una estrategia de mercadotecnia y que realmente está buscando la forma de transformar su empresa por completo.

Pero vamos por partes, ¿Qué es el metaverso? En palabras de Zuckerberg “El metaverso es un entorno virtual donde puedes estar presente con personas en espacios digitales. Es un Internet incorporado en el que estás dentro en lugar de solo mirar. Creemos que este será el sucesor de Internet móvil”.

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El término viene de la novela de ciencia ficción Snow Crash de 1992 escrita por Neil Stephenson y si no la conoces, su influencia se refleja en otros metaversos más conocidos como el del OASIS en la cinta de Steven Spielberg Ready Player One, donde la mayoría de la humanidad pasa su tiempo dentro de un mundo virtual al cual pueden acceder a través de unos lentes muy similares a los Oculus (cuya empresa pertenece a Facebook).

El metaverso busca generar un espacio virtual mucho más adecuado para la gente, uno al que accedamos más allá de lo que vemos en una pantalla y se convierta en un ecosistema mucho más interactivo. Para que esto suceda se necesita una tecnología mucho más poderosa de la que conocemos actualmente, así como la cooperación de las empresas más poderosas del mundo. Por ahora el predecesor del metaverso se puede ver sobre todo en los juegos en línea como Fortnite o Minecraft, donde la gente puede jugar en el mismo “espacio” sin importar qué consola o computadora tengan y donde incluso los personajes de distintas franquicias pueden coexistir en el mismo espacio gracias al arduo trabajo de copyright que lo ha permitido.

Internet y mucha de la tecnología que tenemos hoy inició en laboratorios de distintos gobiernos, así como en Universidades financiadas por el Estado, pero ahora el trabajo se encuentra dentro de los centros de investigación privados, lo cual sugiere una historia muy distinta de lo que puede suceder si este metaverseo se hace realidad. Mark Zuckerberg ya dijo que no es posible que una empresa construya algo así sola, necesita de la cooperación de otras compañías (algo factible, pues incluso se ha dicho que Facebook cuenta con la capacidad teórica, pero no tiene los recursos en software ni en semiconductores para lograrlo), pero esto suena un poco difícil bajo el modelo actual de la mayoría de las empresas.

Epic Games, creador de Fortnite, también está en una misión por crear el metaverso, incluso ha conseguido mil millones de dólares en inversión sólo para eso y empresas como Sony se han sumado, sin embargo, basta recordar la batalla legal que mantiene con Apple para saber que la cooperación coorporativa es un sueño más que una realidad.

Epic Games busca una interoperabilidad sin precedentes. Quiere que el metaverso sea un espacio como Fortnite, donde los gamers pueden ir de un juego a otro con un personaje, un item o algo más y que el software se adapte de inmediato. Esto parece más posible que la idea de crear un mundo virtual en el cual sumergirnos por completo, pero además de que la tecnología tiene que avanzar mucho para lograr algo así, las cuestiones legales y los temas de propiedad intelectual también deben cambiar.

Un metaverso creado por la gente y para la gente parece una utopía difícil de lograr, sin embargo un metaverso creado por compañías privadas cuyo fin no es ayudar, sino generar ganancias, suena a una distopía mucho más posible. Aunque las pláticas siguen en pañales, la intención de las personas más ricas y poderosas es comenzar el metaverso cuanto antes y posiblemente la mayoría de la gente no tenga otra opción más que esperar a ver qué sucede.