Hace un año, de pronto teníamos mucho más tiempo en nuestras manos. Nos despedimos de las idas al trabajo, escuelas, actividades. Nos despedimos de nuestra vida social, también y no nos quedaron excusas para no ejercitarnos. Comenzó una ola importante de fitness y wellness con toda la motivación y objetivos ambiciosos en cuanto al ejercicio.
Ahora, tal vez ya no te sientas igual. No estás solo. La motivación se fue, las ganas nada más no regresan y retomar una rutina de ejercicio puede ser de las cosas más complicadas. Brad Stulberg, un famoso coach de rendimiento y autor de libros al respecto, explica que existen dos tipos de fatiga. Un tipo es la fatiga real de cansancio en la cual la solución es descansar, pero la otra es una fatiga en la que estás estancado, para la cual la respuesta es empujarte a tomar acción.
Hay una frase famosa la cual deportistas como Rich Roll y David Goggins utilizan como mantras personales que es: “La emoción sigue a la acción”. (“Mood follows action”). Lo importante aquí es que no necesitas sentirte bien para movilizarte, sino movilizarte para sentirte bien. Esto aplica para el ejercicio y muchas cosas más en nuestra vida. Científicamente, se trata de un tema de neuroplasticidad donde cada vez que incomodamos al cuerpo un poco, y el resultado son la generación de químicos felices, se crean nuevas conexiones en el cerebro. Así creas la motivación, no esperes a que llegue.
Andrew Huberman, es un neuricientífico que se dedica a estudiar esto. Ha trabajado con David Goggins, que es el único ser humano en la historia que ha completado el entrenamiento elite de los Navy SEALS. Él ha encontrado que frente al miedo y la incomodidad, es necesario movilizarse. Es la utilidad del estrés: movilizarnos. Es por eso, que la motivación de moverse hacia delante y la actividad generan dopamina y entre más lo hacemos, más fácil es incomodarnos.
Entonces, lo que estamos diciendo en pocas palabras es que, debes volverte a incomodar. No trates de buscar un estado mental de motivación porque eso no sucederá. La clave es que comiences a incomodar al cuerpo un poco para que la emoción siga a la acción y poco a poco retomes una rutina de ejercicio. No importa si hace unos meses corrías muchos kilómetros, eras más rápidos o aguantabas más peso o tiempo. Hoy, comienza con pocos minutos y nota cómo tu humor y salud mejora. Antes de lo que piensas estarás de regreso en camino a tu mejor forma.