Las cámaras acuáticas se han visto en la necesidad de evolucionar, desde las que eran desechables hasta las más ostentosas que ofrecen una definición excepcional, las hemos visto en los aparadores ofertándose como lo que le hace falta a cualquier aventura marina.
Quest es un robot submarino con cubierta de plástico y equipado con una cámara que captará cualquier escena en las profundidades de una alberca o del océano. Además puede ser controlado por un smartphone o por una tablet a través de una app que permite direccionar el dispositivo para después guardar e incluso editar la imagen capturada.
Sin necesidad de sumergirse en la aventura marina, un led que se une a la cámara de alta definición se encarga de proporcionar el panorama acuático que se visualiza en el teléfono. Es decir, tal y como lo haría un buzo, uno puede explorar la vida marina o supervisar a un niño que se encuentre nadando en la piscina.