Cuando hablamos de diamantes, todos sabemos que hay de rocas a rocas. Y aunque una piedra preciosa siempre cautiva, su corte, el nivel de pureza y los kilates pueden transformar todo.
En una subasta de joyería de Sotheby’s pusieron a la venta el diamante perfecto. Proveniente de Sudáfrica, con 100 kilates y un color cristalino, esta joya salió a la venta en $22 millones de dólares en la subasta que se llevó a cabo en Nueva York.
No tardaron ni 3 minutos en terminar con la puja y el ganador fue un comprador telefónico que quiso permanecer anónimo. En gran parte la rapidez con la que se cerró la subasta se debió a que la roca ya había paseado por Doha, Dubai, Los Ángeles, Hong Kong, Londres antes de llegar a la Gran Manzana, y desde el inicio de su tour comenzó a llamar la atención.
Gary Schuler, el director del departamento de joyería de Sotheby’s en Nueva York, dijo que ese diamante era la definición de perfección. Que era como agua cristalina, sin ninguna imperfección interna.
Es el diamante más grande y perfecto que han subastado con un corte esmeralda, y cómo no serlo si tardaron un año entero en pulirlo, cortarlo y perfeccionarlo.