Si algo sabemos a la perfección, es que para un corredor los tenis equivalen a las llantas de un automóvil de la Fórmula 1. Y es de la misma forma que cuando alcanzan cierto kilometraje, y otros cuantos aspectos intervienen en su uso, el decirles adiós es inevitable.
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Por salud, aquellos runners que corren rutinariamente entre cinco y seis días a las semana deben alternar entre dos o tres pares de tenis. Y entender que cada par que usan tiene una fecha de caducidad.
Esto es debido a que un calzado deportivo expirado puede causar serias lesiones, las cuales pueden comenzar como una tendinitis, dolores musculares o en la espalda, hasta provocar la ruptura de, por ejemplo, el tendón de Aquiles.
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Si la suela ha perdido la forma o comienzas a sentir dolores “extraños”, lo primero que debes hacer es cambiarlos. Además, debes tomar en cuenta que factores como el peso, la técnica, la forma de pisar y la distancia que practicas día a día también suman al desgaste.
Según expertos, un par de tenis dura alrededor de 300 o 500 millas, sin importar la marca, sino más bien por el uso. A partir de allí, la tecnología con la que fue creada y los materiales, ya no le brindarán a tu pie la protección de antes y es entonces cuando puedes desarrollar achaques, que a la larga pueden hacer que termines en un break obligado.
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Así que como consejo y antes de que termines con un fisioterapeuta por una lesión indeseada, checa que tus tenis todavía funcionen. Este es el paso más importante que tiene un corredor de ocasión, con otro que ya se toma este deporte mucho más en serio.
Para ver cuáles son algunos de los tenis que recomendamos da clic aquí.
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