Los drones nacieron con el objetivo de brindar la posibilidad de tomar impresionantes fotografías desde las alturas. Pero como siempre, la tecnología siempre avanza y encuentra nuevas alternativas, por eso su uso se ha ampliado a investigaciones científicas y actividades diarias, como servicio a domicilio, búsqueda de personas, vigilancia fronteriza y control de incendios, entre muchas otras cosas.
Lee también: Los mexicanos también estamos en la NASA
Ahora, esto avanzará a nuevos niveles: un equipo de investigadores en el desierto de Nevada, Estados Unidos, realizó las primeras pruebas para depositar en las nubes distintos elementos que provocaran la lluvia o para evitarla, depende de cada momento y lugar.
Lee también: Dubai tendrá taxis que vuelan y no tienen conductor
Se trata de un proyecto realizado por la Institución Desert Research Institute (DRI), que se dedica al estudio medioambiental, que investiga el uso de los drones para provocar la lluvia con el fin de intervenir en una sequía. De ser exitoso, también ayudará a resolver el problema de la falta de agua en la región, encontrar nuevas soluciones para la gestión de los recursos naturales y aumentar el abastecimiento de las reservas hidráulicas del estado.
El dron utilizado mide mas o menos tres metros y pesa 25 kilogramos y se le conoce como Savant (Sandoval Silver State Seeder), en honor al gobernador de Nevada que ha impulsado la industria de drones en esté estado. Este dispositivo vuela de forma autónoma para llevar agua hacia zonas que tienen escaso este recurso. Al llegar, el dron enciende dos bengalas cargadas con yoduro de plata. La siembra de nubes deben llevar las moléculas de agua hasta que se cristalicen en las partículas de yoduro de plata, lo que provoca su precipitación. El agua caerá en forma de lluvia, aunque de acuerdo al clima también puede ser granizo, que en realidad no es conveniente ya que lastima los cultivos.
Lee también: El tren en Escocia para tener una vacaciones wellness
El dron puede volar hasta 400 metros de altura, pero en la prueba solo llegó a poco más de 120 metros. Los investigadores consideraron los primeros vuelos de Savant un éxito por su capacidad para transportar y disparar automáticamente las bengalas en el lugar indicado por los climatólogos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.