Ubicado en una antigua casona sobre la calle de Río Pánuco, en la Juárez, que hoy funciona como una librería, una galería y un restaurante, Pánuco 36 se ha convertido en uno de los espacios más encantadores —y deliciosos— dentro de la ciudad. Desde hace poco más de un año, este lugar se ha transformado en un restaurante de autor que sirve brunch, comida y cenas en un ambiente íntimo, rodeado de historia, arte y diseño, con cocina del chef José Carlos Redon.
Un menú corto, pensado y delicioso
Lo primero que sorprende de su propuesta es la claridad. Aquí no hay menús interminables ni decisiones abrumadoras: todo está cuidadosamente curado. La carta permanente se complementa con un menú especial que cambia cada mes, pensado para evocar estaciones, celebraciones y territorios. Algunos ejemplos recientes incluyen La Nuit Azur, un menú inspirado en la primavera y el sureste francés; una propuesta especial para el 14 de febrero; una más para Pascua, y la más reciente dedicada al Día de las Madres, disponible durante todo el mes.
A esto se suman cócteles de temporada que rinden homenaje a artistas mexicanos, como el Frida (con pulpa y jugo de naranja, maracuyá, Aperol y Campari rojo), el Carlos Rivera (leche de avena, amaretto Disaronno, piña y ron) o el Toledo (tequila, lima y shot de guanábana).
¿Qué pedir en Pánuco 36? No te vayas sin probar estos platillos
Para el brunch (disponible solo viernes a domingo hasta las 15:00), los imperdibles son los chilaquiles verdes con queso Chiapas y el pan francés artesanal con ganache de chocolate amargo, lavanda y plátano caramelizado. Además cuentan con una selección de pan artesanal hecho con masa madre, las piezas son limitadas así que llega temprano.
Para la comida, el hummus de betabel con pepita y ceniza de chile está ideal para comenzar y compartir, viene con pan pita crocante delicioso también. El sashimi de atún con kosho de habanero está brutal, ligero y muy fresco. Por otro lado, el toast de arrachera sobre pan de hogaza con chimichurri de cilantro es una nueva propuesta donde la arrachera está cocinada a su punto y, finalmente, el gnocchi de papa con salsa de hoja santa y parmesano. Realmente platos que vale la pena el viaje.
Somos fiel creyentes de que no puedes irte de un espacio sin probar los postres, y más en este caso. No hay pierde: la berlinesa rellena de crema de tejate con helado de vainilla es un 10/10 rotundo recomendable. También cuentan con una selección de vinos, mocktails, tés TWG y café de especialidad para acompañar.
Aquí, el diseño importa tanto como el sabor: cada plato llega a la mesa como una pequeña obra visual, impecable y naturalmente instagrameable.
Cocina con fusión y sentido
La filosofía detrás de Pánuco 36 parte de un equilibrio muy bien logrado entre técnica y emoción. La cocina está inspirada en memorias gustativas adaptadas a ingredientes locales y sabores mexicanos, sin perder el espíritu de sus influencias originales. Como ellos mismos lo definen, no se trata de una fusión, sino de una verdadera armonía culinaria entre Francia y México.
Espacio para disfrutar como quieras
Además del salón interior, Pánuco 36 ofrece pequeños lounges al aire libre donde puedes sentarte a tomar un café, carajillo, té o un cóctel sin necesidad de quedarte en la sobremesa. Es un lugar muy relajado, muy aesthetic y very artsy, que refleja en cada rincón la misma sensibilidad con la que diseñan sus platillos. Ya sea que vayas en pareja, con amigos o por tu cuenta, aquí todo invita a quedarse y a tener un excelente rato.
Lo que también debes saber
- Abren martes y miércoles de 9:00 a 19:00, y de jueves a sábado de 9:00 a 22:00.
- Los domingos para el brunch solo se sirven de 9:00 hasta las 15:00.
- La galería de arte cierra domingos y lunes.
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