¿Dónde comer en Oaxaca? 7 lugares esenciales para tu siguiente viaje

Explorar sus artesanías, conocer sus mezcalerías, caminar sus calles coloridas y, sobre todo, saborear su cocina insuperable son algunas de las experiencias que han convertido a nuestra querida Oaxaca no sólo en destino de México, sino para todo el mundo.

Mientras Oaxaca se vuelve en un lugar idílico para los trotamundos —no por nada todos los hoteles están sold out en temporada alta— es casi imposible resistirse a esta ciudad con tanto que ofrecer. 

Para que vayas planeando tu viaje, aquí te dejamos los lugares responsables de que la cocina de Oaxaca se haya quedado con un cachito de nuestro corazón.

Los mejores bagels en Nueva York: tu guía definitiva

Dónde comer en Oaxaca: 7 restaurantes imperdibles

Varios desconocen la diferencia entre atole y champurrado hasta que llegan a este lugar que parece como si un museo y centro de investigación se hubieran casado para ser un restaurante, donde hasta las tortillas en el comal parecen un acto poético.

Tierra del Sol rinde homenaje a Oaxaca desde la raíz: trabajando con ingredientes, técnicas y productores nativos. De la chef Olga Cabrera, este restaurante enfocado en la sostenibilidad, promueve un proceso de “producción de consumo justo”, evitan el desperdicio, se esfuerzan para reducir su huella de carbono y hacen una metodología y documentación de sus procesos para compartirlos con la comunidad.

Sí, “la buena comida para hacer frente al cambio climático”. La “buena comida” son platillos que te hacen descubrir tradición como el mole de caderas o atole de guayas.

Si buscas una experiencia culinaria con una propuesta menos tradicional, este spot ofrece una fusión fresca de comida oaxaqueña con cocina asiática. Este es un spot de Bib Gourmand (reconocimiento que la Guía Michelin otorga a restaurantes más accesibles) de un chef que ha recorrido cocinas desde Japón hasta Nueva York.

Imagina lo spicy de comida asiática callejera con ingredientes de mar y tierra en emplatados que hacen que un brócoli rostizado con ajo y panal de abeja tenga su fase más sofisticada e irresistible. Sí, aquí los platillos de vegetales valen mucho la pena. Te recomendamos la terraza con vistas privilegiadas a Santo Domingo. Cobarde se encuentra en el hotel boutique Otro Oaxaca: una de las mejores opciones para tu siguiente viaje.

De Enrique Olvera, es lo que esperas de una experiencia fine dining cuando se trata de la cena: un menú de degustación que recorre la región (aquí te recomendamos reservar en la barra del chef, Luis Arellano, para observar cómo se preparan los platillos).

Para desayuno, imagina estaciones (entre ellas su barra de tacos) que rodean el patio gigante por donde las gallinas andan rondando. Los chilaquiles y la quesadillas de suadero fueron nuestra elección favorita para empezar la mañana. Claro, no sin disfrutar una concha con costra de hoja de maíz (totomoxtle) quemado y chocolate caliente. Criollo se siente como alta cocina desde lo local y auténtico.

Nos atrevemos a decir que este es nuestro favorito y sus molotes de plátano son razón suficiente para admitirlo. De la chef Celia Florian, este lugar te sumerge por completo en la gastronomía oaxaqueña para enamorarte de los emblemáticos. Y es que si hay lugares para obsesionarte con el mole y sus variedades como el coloradito, el blanco conocido como “de novia” o el negro (con pollo, cerdo o el tradicional guajolote) es aquí.

En este spot —alta gastronomía en un lugar acogedor y casual que se siente como estar en casa (claro, con las mejores manos en tu cocina)— comienza con los molotes, pide una sopa zapoteca y no te pierdas su trología de moles o su tasajo asado con tortillas recién salidas del comal.

OK, este no es necesariamente un restaurante… pero, ¿realmente fuiste a Oaxaca si no comiste en el famoso mercado donde venden chapulines y quesillo a la vuelta del famoso pasillo de humo? La respuesta claramente es “no”.

Aunque a veces parece tarea difícil encontrar lugar entre los diferentes locales del comedor, nunca es imposible. Y la mejor parte es que, sea donde te sientes, quedas satisfecho con la experiencia y el sabor, ya sea que pidas una tradicional tlayuda con tasajo, un humeante tamal con mole o quesadillas preparadas con tortillas de triple tamaño. Esto, acompañado siempre del clásico chocolate caliente (de agua o leche) con pan de yema (porque en Oaxaca no se cuentan las calorías).

Boulenc —además de su panadería—  tiene dos sucursales ideales para desayunar. Te recomendamos los huevos shakshuka y unos molletes que vienen en una porción poco común… como del tamaño del plato. Acompaña tu desayuno con un jugo de naranja con kvass de betabel.

Y, por supuesto, no te pierdas el postre de la mañana con una de sus opciones dulces horneadas. Con el pan como su especialidad, el menú de todo el día incluye platillos como focaccia de champiñones, sourdough de tres quesos, el clásico BLT, ruben sandwich, banh-mi, torta de pan amarillo y baguette de carnes drías.

Kiyo Café también tiene una sucursal en Oaxaca y nos encanta empezar el día con su cold brew o golden milk junto con un pan dulce tan decadente como el nido de blueberries o el de crème brulee. Y para los más hambrientos, los huevos en salsa de mole es otra opción en su breve pero rico menú.

Este spot con barra de café de especialidad también tiene su concept store, así que es probable que también salgas con un souvenir de aquí.