Por Alba Aguilar
Cuando un diseño es bueno, es porque es estético y sobre todo funcional. El artista austriaco Philipp Aduatz se ha encargado de que cada uno de sus productos sea fabricado con materiales innovadores, una estética resaltante, y las técnicas más vanguardistas.
Lo más interesante es que Aduatz se ve muy influenciado por sus estudios en química, física, nuevos materiales y técnicas. Y eso se refleja en sus creaciones. Por ejemplo, la silla ‘Fauteuil II’ le da vida a un motivo celular, tal y como se ve a través del microscopio. La ‘Melting Chair’ realmente parece que estaba a una temperatura tan alta, que empezó a derretirse. Y la ‘Spoon Chair’ no hace otra cosa más que desafiar a la gravedad y leyes de la física, con un diseño realmente atractivo.
Sus piezas se han presentado en Londres, Nueva York, Chicago y Austria. Y su trabajo ha sido publicado en el Financial Times, Architectural Digest, New York Times, Elle Decor India, Harper’s Bazaar Rusia, entre muchas más.
Hay que tenerlo en la mira, porque seguro pronto nos sorprenderá.