Hoy es normal que la cultura pop esté llena de easter eggs, pequeñas sorpresas que la producción de una película se encarga poner en ella haciendo referencia a otra cosa, ya sea una franquicia, historia o propiedad intelectual.
Sin embargo, antes eso no era tan común y por eso hay películas que se convirtieron en mitos porque supuestamente si las pones al mismo tiempo que un disco, puede adquirir un nuevo significado. Estos mitos persisten porque le dan a dos obras bastante importantes nueva vida, las contextualizan y les dan una nueva narrativa, pero sobre todo, hace que el estatus de un producto de entretenimiento se convierta en una obra de arte que cada uno puede armar por su cuenta.
The Wizard of Oz y The Dark Side of Moon
Estas son las dos obras que más se reconocen en esta categoría. Se dice que Pink Floyd creó uno de sus discos más famosos para que coincidieran a la perfección con la película de 1939. Aunque el resultado no es tan interesante como se imagina, sí parecen tener mucho en común.
2001: A Space Odyssey y Meddle
Tanto la película de Stanley Kubrick, como los discos de Pink Floyd, viven en un estado de culto eterno y por eso no se podía esperar que la banda solo apareciera una vez en la lista. Más allá de Meddle, se dice que el lado B del disco, donde sólo se encuentra la canción Echoes, que dura 20 minutos, encaja a la perfección con el último y más psicodélico acto de la película de Kubrick.
Scott Pilgrim y Mellon Collie and the Infinite Sadness
Esta no es una película hecha para encajar al mismo tiempo que el disco de Smashing Pumpkins, pero Edgar Wright, el director de la película, puso muchas referencias a esa banda e incluso dijo que se trata de un disco que complementa la cinta a la perfección.
The Lord of the Rings y Led Zeppelin IV
Esta película dura tres veces más que el disco de Led Zeppelin, pero no podemos dejarlas fuera al saber que la mitología de J.R.R. Tolkien formó a una de las bandas de rock más importantes de la historia. Tal vez no se sincronizan a la perfección, pero sin duda El señor de los anillos es esencial para Led Zeppelin y varias de sus canciones son sacadas explícitamente de los libros.