The National siempre ha sido una banda con papeles muy bien establecidos. Por un lado están los hermanos Dessner (Bryce y Aaron), el primero firmemente establecido en el nicho de las orquestas y el segundo un exitoso productor musical que ha trabajado en proyectos clave para el sonido de la música de los últimos años.
Y por el otro está Matt Berninger, el vocalista, con una inconfundible voz de roble que le brinda toda la personalidad al grupo y la cual se ha convertido en el símbolo de su éxito.
Ambos extremos han trabajado a la par para crear una carrera que luce impecable a distancia y con cada uno de sus discos (nueve hasta la fecha) han sabido encontrar nuevos terrenos de exploración. Siempre habían encontrado nuevas formas de exprimir sus talentos, pero es hasta ahora que lo hacen con un recurso necesario y enteramente distinto a todo lo anterior: más gente.
“I am Easy To Find” es el primer disco en el que el grupo ve intervenidos sus roles por las personalidades de distintas mujeres. Si The National había sonado siempre como un eterno lamento masculino, es aquí en donde (por fin) todo cambia de perspectiva. Los artilugios de la banda se mezclan de manera perfecta con una pasarela de colaboraciones que no solo revitalizan sus ideas, sino que le ayudan a sufrir de manera distinta.
Basta escuchar “You Had Your Soul With You”, la canción que abre el disco, para entender hacia dónde va todo lo demás. La voz de Berninger por fin deja el protagonismo y se convierte en un personaje secundario. Ahí, frente a ella están las voces de personas como Sharon Van Etten, Kate Stables o la colaboradora de David Bowie, Gail Ann Dorsey, de forma épica en la canción mencionada. La voz y los instrumentos, parece, siempre están al servicio de ellas y sus discursos.
El modus operandi del grupo ahí está: la luz al final del túnel de “Quiet Light”, la confesión íntima en “Not In Kansas” y la energía de “Rylan”, pero toman un giro especial gracias a sus acompañantes: un dueto de ensueño en la primera, un coro bellísimo en la segunda y una simbiosis conmovedora en la tercera. Por cada demostración de familiaridad, hay una sorpresa que espera paciente en otro rincón del disco.
De ahí que por momentos The National se convierta en otra cosa. “The Pull Of You” parece una canción del viejo U2, por ejemplo, y “Hey Rosey” se siente más como un lado B de alguno de los primeros discos de Arcade Fire, con un ensamble más épico. Después de tantos años, su metamorfosis no parece parar.
Al final del día “I Am Easy To Find” parece desmentir a todos los detractores que tachan al grupo de aburrido y carente de imaginación. Han pasado tantos años y tal vez aquí esté la mejor decisión que han tomado. “We Must Become The Pitiless Censors of Ourselves”, se titulaba uno de los discos de John Maus (un teórico imprescindible de la música moderna) y parece que The National comulga con ese título. En un mundo de #metoo, ellas son las que necesitan tener la voz y éste es un gran lugar para escucharlas.
P.D.: el disco está acompañado por un cortometraje de Mike Mills, director inglés conocido por películas como “Beginners” y “Thumbsucker”. Lo puedes ver aquí.