En 2001, un perfil de The Strokes en la revista NME condenó a la banda por el resto de su carrera. “La banda que salvará al rock”, así fue llamada por uno de los medios especializados más respetables del momento y desde entonces The Strokes cargó con un peso que terminó por aplastarlos.
Para dar una idea de cómo ha pasado el tiempo. Esa entrevista –ese statement– se publicó antes de que Billie Eilish naciera. En esa época The Strokes sí vestían chamarras de piel, fumaban tabaco y marihuana sin problemas y usaban converse. Hoy la banda intenta regresar –una vez más– y aunque la nostalgia está de su lado, artistas como Eilish son las que dictan las normas en 2019.
¿Cuándo –si es que alguna vez pasó– fue la última vez que The Strokes salvó al rock? Algunos dicen que nunca, pero otros se remontan al también lejano 2006, cuando First Impressions of Earth salió al mercado y cerró la conversación acerca de la banda más prominente de Nueva York en los últimos años.
El primer álbum sirve para generar expectativa. Is This It? los llevó a la fama, los convirtió en los mesías del rock y demostró que el nuevo milenio aún tiene al rock para decir algo. Aunque el segundo disco suele sepultar a muchos, The Strokes logró algo muy difícil y cultivó buenas críticas. Sin embargo, el tercer disco se convirtió en lo que sus detractores necesitaban, la prueba de que el rock ya no era lo que muchos creían.
First Impressions of Earth tiene un sonido mucho más suave que sus antecesores. El tiempo había pasado, Casablancas había dejado el alcohol, algunos de los músicos eran padres de familia e incluso los proyectos solistas ya estaban separando lentamente a la banda.
Juicebox fue el primer sencillo y su sonido era exactamente igual que el de los dos discos anteriores, pero al escuchar el resto del álbum, la furia y la rapidez iban en picada. Sí, The Strokes habían evolucionado y eso es lo que siempre se le pide a una banda, pero no lo hicieron de la mejor manera.
Tracks, como On the Other Side no aportaban mucho al disco en su totalidad, y sólo en Vision of Division realmente se atrevieron a subir el ritmo de un disco por otra parte flojo y repetitivo. No se trata de un mal disco, pero desde la producción se podían oler los problemas. Al ser la banda más grande del momento buscaron a David Kahne, productor de estrellas como Paul McCartney y Tony Bennet, pero continuaron trabajando con Gordon Raphael y el resultado no favoreció a nadie.
Para cualquier otra banda, este sería el disco que lanzaría su carrera y los convertiría en estrellas, pero al tratarse de The Strokes, no entregaron nada original. Las guitarras bajaron el tono y ya no eran ecos de la escena punk rock de NYC, la producción era perfecta y aunque nunca fueron garage rock, el aura de la obra de arte se había perdido.
A pesar de todo, First Impressions of Earth fue un éxito entre los seguidores y hoy se considera como el último gran disco de la banda. A 13 años de su estreno, The Strokes está en una gira mundial con una nueva canción, pero sin disco bajo el brazo. Hoy nadie espera que salven al rock, pero con sold outs donde sea que se presentan, podrían decir que ya lo hicieron.
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