Parece una divertida ironía que el disco debut de Cardi B tenga un nombre como “Invasion of Privacy”. Para ser una persona que construyó su fama a partir de las redes sociales y la televisión –medios que son todo menos privados cuando se trata de encontrar la gloria social-, arrojar una declaración así para el disco que sustentará todos los experimentos musicales que ha decidido hacer, es una decisión que está más cercana al cinismo que a la reflexión. El disco, desde luego, tiene mucho más de lo primero.
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Sin embargo es un halago más que un defecto. Cardi B, a ojos del resto del mundo, es la prueba clara del éxito en una sociedad tan inmediatamente digital como en la que vivimos. Además de eso, su talento para crear canciones de rap igualmente letales como infecciosas complementan una personalidad que no deja de sorprender, incluso cuando se piensa que ya no es posible.
En “Invasion Of Privacy” Cardi B se muestra como la superestrella a la que siempre estuvo destinada a ser. Lo que dice son poderosos manifiestos que van desde versos que dibujan un panorama distinto al feminismo contemporáneo hasta jugosos relatos de una vida que ha sabido golpear de frente a sus obstáculos para triunfar. Una efectiva mezcla de la autenticidad de Missy Elliot con el hambre de Kanye West y la capacidad lírica narrativa de Kendrick Lamar que, además, tiene un agudo radar global que no duda en utilizar.
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El disco es un desfile de colaboradores que hablan sobre la visión de Cardi para unificar éxitos que representan minorías sociales y comunidades punzantes. Del trap de Migos y 21 Savage en Norteamérica hasta el otro de Bad Bunny y J Balvin en Latinoamérica, del corazón de Chance The Rapper a la sensualidad de SZA. Aquí los llamados feats son más que simples experimentos creativos, son una declaración de unión y un recordatorio de que cuando la sinergia aparece, grandes cosas pueden suceder dentro y fuera de la metáfora.
Más de una vez han sido las veces que Cardi B ha enviado mensajes a un puñado de detractores que no se cansan en señalar sus acciones. Lo ha hecho, claramente, con pleno uso de las plataformas que la convirtieron en celebridad. Después de tanto ahora lo hace con toda la clase necesaria: con un disco que no solo les habla a ellos para golpearlos con guante blanco, si no para demostrar que está aquí para recibirlos. Los que no somos detractores disfrutamos del espectáculo.
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