Por Graciela Miramontes
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Francia, cuna de la mayoría de los guilty pleasures de toda fashionista y destino predilecto de los románticos empedernidos. Sus calles son todo un deleite gracias a los cientos de aparadores que se pintan de colores con prendas que parecieran salidas de un cuento.
De todos los países del mundo, es Francia quien ha quien ha puesto el nombre de la moda en alto. Y ha sido gracias al ingenio de ciertos diseñadores que han trascendido en tiempo y espacio, que su trono sigue intacto. Tal es el caso de Christian Dior.
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En el mundo de la alta costura, sólo sobrevive el más fuerte: aquél capaz de reinventarse o transformarse como un camaleón, sin sacrificar su esencia.
Han transcurrido alrededor de 70 años desde que la primer prenda firmada por el diseñador salió a la luz y hoy, Dior aún agrega capítulos a su historia.
A continuación, te presentamos cinco razones que la han convertido en una de las favoritas de la industria.
Su esencia genuina
El primer acercamiento del diseñador con la moda fue contar con la guía de uno de los grandes de la época: Robert Piguet. Tras haber trabajado bajo su cargo –como ilustrador de bocetos– tocó el turno a Marcel Boussac, magnate textil que se convirtió en su mecenas.
En 1946, el atelier de Christian Dior abrió sus puertas en París y el éxito fue tal que la demanda –y el personal– creció de manera exponencial. Las prendas, accesorios y joyas se volvieron las favoritas de los amantes de la moda, pero fue la perfumería la que le valió todo el reconocimiento.
Su primer y gran acierto, fue el lanzamiento de Miss Dior, en 1947. Hoy, la silueta de la botella se envuelve en un listón en forma de moño, con Natalie Portman como embajadora de la fragancia.
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La chica Dior
Visualizar a la mujer perfecta para vestir en Dior fue sencillo para el diseñador. Según una periodista americana de la época, el estilo se denominaba “New Look”: faldas voluminosas por debajo de la pantorrilla, hombros destacados y cintura pequeña, eran el epítome de la elegancia representada por Christian.
El 12 de febrero de 1947, a las 10:30 de la mañana en punto, Dior haría historia. 90 prendas que representaban su visión –de las cuales destacó el ‘Bar Suit’– dejarían con la boca abierta a las editoras de moda más importantes del momento: “Hemos presenciado una revolución en la moda, además de una revolución en la forma en que se muestra la moda”, declaró Bettina Ballard, editora de moda de Vogue.
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Las musas
Para cada quien, su cada cual y para Christian, su favorita fue una ex-primera dama e ícono de Argentina. El diseñador declaró: “la única reina que he vestido ha sido Eva Perón”. Incluso, tenía un maniquí en su taller con las medidas de la argentina, pues además de convertirse en su estilista personal, la consideraba dicha representante del glamour que ostentaban sus creaciones.
42 años después –y después de su muerte– dicha frase sería modificada, pues la princesa Diana de Gales, serviría como inspiración para otro de los íconos de la maison: la bolsa ‘Lady Dior’. Tras aparecer con ella en público, la existencia de la bolsa se difundió más rápido que la pólvora, lo que la convirtió en un clásico que hoy posa en las manos de la actriz Marion Cotillard, imagen oficial de la pieza.
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Su escuela
Bien dicen que los opuestos se atráen, pero en esta ocasión, ocurrió al revés. Tal y como él mismo lo vivió en sus inicios, Christian se convirtió en padrino de Yves Saint Laurent, quien con tan sólo 19 años, entró al taller del genio francés como asistente de diseño.
Luego de un tiempo de trabajar para él, tuvo que abandonarlo pues debió alistarse al ejército. Tras una agitada separación legal, Yves declaró: “No podía ni hablar frente a él. Fué él quien me enseñó las bases para mi obra. Independientemente de lo que sucedió después, nunca olvidaré los años que compartí a su lado”.
Su legado
Todos los ciclos llegan a su fin y extrañamente, a unos días de haber conmemorado la muerte del diseñador, Raf Simons –quien había sido director creativo de la maison desde 2012– anunció su salida.
La noticia llega de manera inesperada, en un momento en que la casa ya atravesaba un cambio de visión: la cantante Rihanna, habría de convertirse en la primer mujer de color en convertirse en imagen oficial de Dior. Su imagen irreverente –y en ocasiones, sexual– llegó a refrescar la imagen de esa Miss Dior delicada y recatada que representó por años.
No podemos esperar a descubrir el rumbo que tomará la firma, además de conocer a la mente encargada de asumir el cargo de capitán en esta nueva era de Dior.
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