Kenzo crea sus esencias a partir de historias atractivas, ésta tiene lugar en un jardín de ensueño en donde la amapola imprime su aroma e inspira la poesía que puede apreciarse incluso en las calles de la ciudad.
Patrick Guedj, director artístico de la marca, ha sido el encargado de darle una personalidad y aroma a la flor que crea esa dualidad entre la fuerza y la fragilidad, que desde la creación de Alberto Morillas en el año 2000, se ha convertido en un ícono de la perfumería.
Por su parte, Serge Mansau ha diseñado un frasco de cristal alargado, que representa el poder de la amapola al abrirse en todo su esplendor. Con Flower by kenzo, la naturaleza encuentra su sitio en la ciudad y no duda en esparcir su aroma por cada rincón de la metrópoli.