Como todo mundo sabe, los diamantes también son conocidos como los mejores amigos de las mujeres y prácticamente son el mejor regalo que sin importar la ocasión, siempre será un 10. Aunque la mayoría de estas piedras son extraídas de forma natural, la tecnología ha logrado lo imposible y durante años ha desarrollado sus técnicas para cultivarlos en un laboratorio.
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La capacidad de cultivar diamantes es una de las técnicas de fabricación más precisas y difíciles que los humanos han logrado. Debido a que los procesos recrean el crecimiento natural, los diamantes que están en el suelo tienen las mismas variaciones de color y claridad y de esta manera es imposible distinguir la diferencia entre diamantes subterráneos y los que están sobre el suelo.
Sin embargo, uno de los temas que ha llevado a cultivar más diamantes a nivel mundial son los altos niveles de energía que se consumen durante la extracción de estas bellezas naturales. Aunque las fuentes públicas tienen poca información para demostrar cuánta energía se consume en la producción de diamantes creados, es un hecho que la creación de diamantes requiere mucha menos que la extracción de diamantes subterráneos. Esta tecnología se inventó hace más de medio siglo y ahora es el momento de que se convierta en la nueva realidad.
Diamon Foundy es un ejemplo de los mejores lugares para crear tus propios diamantes. Aquí se desarrollan todo tipo de hermosas piedras las cuales están cambiando la industria mediante la aplicación de la artesanía moderna para crear diamantes por encima del suelo en Estados Unidos.
Su equipo de fundición está conformado por ingenieros de Stanford y Princeton quienes fueron los encargados de desarrollar innovaciones pioneras en tecnología de energía solar. Tenían el presentimiento de que las técnicas utilizadas para aprovechar la energía del sol también podrían usarse para crear un diamante mejor, átomo por átomo.
Fue así que empezaron a estudiar las leyes de la naturaleza y codificaron el software para ejecutar decenas de miles de simulaciones basadas en la física. El laboratorio se estableció en San Francisco y aunque no es nada fácil crear diamantes sobre el suelo, después de años de refinación de la artesanía, se pudieron crear las condiciones en las que la naturaleza forma el diamante por sí misma.
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Con respecto a su manufactura y la forma en la que cortan los diamantes, tienen su propia fábrica de pulido donde se corta y pule. El equipo quien formó el lugar está conformado por nueve personas y cada uno pone su granito de arena para hacer de esta ciencia y arte en algo más grande para lograr cambios en la forma que el hombre explota a la naturaleza. Y tú, ¿comprarías uno de sus diamantes?