Reclinar el asiento durante un vuelo en avión puede ser lo más cómodo o una completa pesadilla. Hay ocasiones donde se puede y otras en las que es mejor no hacerlo; te decimos qué debes considerar.
Por desgracia, quizá, no podemos elegir quién estará a nuestro alrededor en un vuelo, nos puede tocar la buena suerte de compañeros agradables o con quien el trayecto se vuelve algo muy complicado.
Las azafatas tienen historias de todo tipo pero su gran mayoría asegura que la molestia más común entre usuarios gira alrededor de reclinar el asiento o no.
Betty Thesky es una auxiliar de vuelo que tiene un pódcast llamado «Betty in the sky with a suitcase» y en uno de los capítulos contó que los pasajeros se molestan mucho con ese tema. «He visto hombres adultos dispuestos a pelear por unos centímetros de más en un vuelo. Y es entonces cuando, como auxiliar de vuelo, tengo que ponerme el gorro de cuidador de guardería y tratar de convencer a los pasajeros de que no discutan», menciona.
¿En qué momento se debe reclinar el asiento y cuándo no?
Entonces ella propone una solución para saber si podemos o no reclinarlo, además de los momentos donde debemos enderezarlo para permitir que el pasajero detrás pueda tener un mejor vuelo.
«Yo creo que la solución más educada, justa y equitativa es reclinar el asiento a la mitad. También es educado poner tu asiento en posición vertical durante el servicio de comidas», dijo.
Los asientos deben estar en posición vertical durante el despegue y aterrizaje, la razón es porque la mayoría de los pocos accidentes que ocurren suceden durante esas fases del vuelo. Al tener los respaldos en vertical te permite tomar la posición de apoyo que nos muestran al inicio. En caso de algún percance permite la evacuación más rápida y fluida de los pasajeros.
La auxiliar de vuelo también considera educado observar cómo es tu compañero detrás y ver si no le afectaría demasiado que reclinaras el asiento; por ejemplo, será mucho menos incómodo para una persona pequeña que para alguien de 1.80 cm con piernas largas o que está trabajando usando la mesa de servicio.
De igual manera propone considerar la duración de un vuelo, cree que no es necesario hacerlo en viajes muy cortos por comodidad de todos.
Finalmente agrega que preguntar es un gran detalle cívico muy sencillo que se agradece mucho. Nada nos cuesta girar y preguntarle«¿Puedo reclinar mi asiento?» a la persona que está detrás. La mayoría de las veces es una respuesta afirmativa, comenta la auxiliar de vuelo, aunque ha escuchado un «No» o un «Todavía no» por cuestiones como estar trabajando con computadora y necesitar el espacio. Con este simple cuestionamiento te evitas de algún problema o disgusto.
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