Los cubrebocas de tela reutilizables son hasta ahora un básico del diario para protegernos y prevenir la propagación de COVID. También son una mejor solución para el uso masivo que las mascarillas quirúrgicas desechables, que ya se han convertido en una fuente potencial de contaminación microplástica. Por eso, si eres de las personas que usa cubrebocas de tela, te decimos cuándo deberías hacer la reposición del mismo.
Mientras que son la alternativa más ecológica, debemos tomar en cuenta que se vuelven menos efectivos para bloquear el virus cuando se han desgastado por el uso y las lavadas. Por eso, es importante poner atención a las señales de que el cubrebocas ya necesita un repuesto. Aquí te decimos cómo notarlo.
Si el ajuste ya no es igual
En lugar de la tela en sí, los resortes o lazos que ayudan a sostenerla son los primeros en mostrar signos de desgaste (especialmente si se ha expuesto a altas temperaturas en la secadora. Es importante tener en cuenta que si estas ataduras se aflojan o se estiran, debes dejar de usar ese cubrebocas ya. Si ya no se ajusta correctamente a tu cara, podrías ponerte en peligro a ti y a los demás.
Si se ve desgastada
Manchas, hoyos o rupturas son señal de que ya se utilizó demasiado. Si las manchas de maquillaje ya no salen al lavarse, quiere decir que están demasiado impregnadas por tanto uso. O si está rota, aunque sea mínimo el hoyo, nunca uses una máscara con rasgaduras, el virus puede entrar y salir de esta manera.
Si la tela ya está muy delgada
La regla básica para tu cubrebocas debe ser que si es demasiado delgada para que puedas soplar o apagar una vela con él puesto, es demasiado delgada para protegerte del virus. Puedes hacer la prueba con una vela o llama o poniendo tu mano o un espejo frente a tu cara y si el aire pasa y hace vapor, quiere decir que ya es muy delgada y es momento de cambiarla.
Si ya se lavó 30 veces (o más)
Si no puedes identificar cualquiera de los anteriores, la regla básica es ésta. El lavado frecuente estirará las fibras en algunas telas abriendo espacio para el virus. Es fundamental lavar las máscaras con cuidado, pero también reconocer cuándo han llegado al final de su vida útil. Si estás usando un cubrebocas de alta calidad, el consejo general es 30 lavadas o 30 usos. La recomendación de la CDC es lavarlo a mano o máquina después de cada uso.
Recuerda que una de las formas en las que puedes ayudar a evitar la propagación y contagios del virus, es con el uso diario de cubrebocas y la sana distancia.
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