Muchas veces tendemos a subestimar el autoestima y defender lo que te merecemos. Ya sea en las relaciones, en el dinero, en lo profesional, nadie te valorará más de lo que tú te valoras a ti mismo. Comprender tu propio valor es muy importante. Si no comprendes tu valor y el valor que aportas, ¿por qué debería hacerlo alguien más? No es tan fácil, por eso será nuestro trabajo del mes.
Hace poco leí algo sobre el valor de una botella de agua. La misma botella de agua cuesta más (o menos) dependiendo de su ubicación. Si hablamos de un aeropuerto o un avión vs. comprar la misma botella en una miscelanea, puede tener un cambio importante en costo. La frase que se quedó conmigo fue la siguiente:
“Cada lugar da un valor diferente al mismo producto. Cuando te sientas nulo, que no vales nada, cuando todo a tu alrededor te menosprecie, cambia de lugar, no te quedes ahí. Ten el coraje de cambiar de aires y vete a un sitio donde te den el valor que mereces y te consideren lo que eres. Rodéate de gente que aprecie realmente lo que vales. No te conformes”.
El camino para conocer tu valor y comenzar a ubicarte en lugares y relaciones donde te traten como mereces es largo, pero es posible. Lo primero y más importante es obtener claridad sobre lo que quieres. Podríamos decir que se requieren tres ingredientes para un cambio personal masivo: Saber lo que quieres, Creer que es posible, Tomar acciones para que suceda.
La mayoría nos quedamos estancados en el paso 1, y es por eso que a tantas personas les resulta difícil seguir adelante. Irónicamente, todos sabemos lo que NO queremos, pero muy pocas personas han considerado lo que preferirían tener. Es fácil quedarse atrapado en lo que está saliendo mal, o lo que no nos gusta, pero eso no te sirve para mejorar tu vida. Ten esto en cuenta: para que una persona cree un cambio, su deseo de cambiar debe ser mayor que su deseo de permanecer igual.
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