Por Belén Carrasco
Entre los grandes modelos históricos de Rolls-Royce Phantom, se encuentran el Phantom VI State Limousine, que pertenece a su majestad la reina Isabel II; el Phantom IV, que alguna vez fue de Aga Khan III -uno de los 18 modelos de su clase, armados solamente para la realeza y jefes de estado-; y el First Goodwood Phantom VII, que dio inicio al renacimiento de la marca en 2003. A la lista también pertenecen algunos otros que fungieron como compañeros de estrellas de cine, músicos e, incluso, gurús de la moda.
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Esta vez hablamos del vehículo que algún día fue propiedad del legendario John Lennon, un Phantom V -actualmente es propiedad del Royal British Columbia Museum en Canadá- que regresó a Inglaterra para celebrar el 50 aniversario de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y ser apreciado por el público londinense durante la exposición ‘The Great Eight Phantoms’.
Su exhibición fue todo un éxito. Fungió como uno de los favoritos, al brillar por su divertida y arriesgada carrocería, coloreada con motivos psicodélicos, un poco hippies -muy Lennon-, completamente diferente a la del resto de sus hermanos, cuyas tonalidades se mantienen sobrias y clásicas.
¿Cuál es la historia de este mítico vehículo?
En 1965 la estrella de la música compró un Phantom V en color Valentine Black, mismo que, más tarde, personalizó para darle el toque digno de una figura de rock. El asiento trasero fue sustituido por una cama doble, una televisión, un teléfono y un refrigerador; así como un tocadiscos y un sistema de sonido customizado.
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Fue hasta 1967, cuando Lennon pidió a Surrey y JP Fallon que dieran a su vehículo un nuevo look con un trabajo de pintura innovador. Así, tras el lanzamiento de Sgt. Pepper’s, se volvió un objeto de admiración para aficionados, gracias al esquema de colores, en el que el amarillo predomina y los motivos florales relucen, mismo que atrajo las miradas de todos, lo que le dio el título de uno de los Phantoms más extravagantes del mundo.
El marqués fue su fiel compañero hasta 1969, cuando voló de sus manos a un nuevo universo. En 1970, fue enviado a Estados Unidos para ser usado por leyendas como The Rolling Stones, Bob Dylan y The Moody Blues. Más tarde, a finales de los 70, fue donado por Jim Pattison al Royal British Columbia Museum en Victoria, lugar donde permanece exhibido para los fanáticos de los dos británicos: Lennon y Rolls-Royce.
Nota originalmente publicada en The Robb Report México
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