¿Cómo se siente hacer un día de juicing?

Nuestra colaboradora de Wellness, la nutrióloga Daniela Schlettwein, hizo un día de juicing y compartió su experiencia personal con nosotros, la pueden leer a continuación:

“La verdad es que nunca he estado a favor de esta nueva moda. Creo que hoy en día la gente recomienda el juicing para todo el mundo y no puede ser así. Esto se debe de hacer únicamente en caso de que estés completamente sano y si el objetivo es que tu sistema digestivo descanse, si quieres desinflamarte y quizá sentirte más ligera. Es verdad que puede darte el empujón para empezar un nuevo plan alimenticio, pero yo no recomendaría hacerlo más de un día ya que tu organismo puede descompensarse.

Masticar sólidos es fundamental para nuestro organismo. Por lo tanto hay que escoger con mucho cuidado todo lo que nos metemos a la boca ya que de eso depende cómo nos sentimos ahora, en tres horas y en 10 años. La alimentación repercute de manera directa en nuestra salud.

En mi caso, decidí hacer este día de juicing precisamente para entender mejor a mis pacientes y con un fundamento y experiencia propia poder recomendarlo o no.

Mi día empezó con un shot de jengibre que francamente me costó muchísimo tomarme, a pesar de que me encanta su sabor. Después, contrario a mi rutina diaria (hago dos horas de ejercicio todas las mañanas) decidí mejor no entrenar, para no forzar demasiado a mi cuerpo. Posteriormente me tomé un jugo de apio, acelga, manzana, jengibre. Y hasta ahí todo iba bien.

Como a las 11:30 de la mañana me empezó a dar hambre así que me tomé el tercer jugo, pero lo diluí con agua porque también me pareció que estaba demasiado fuerte.

A las 2 de la tarde aproximadamente me tomé el cuarto jugo, también diluido. Pero la verdad es que una hora después, mi cuerpo ya no aguantaba más. Necesitaba masticar algo. Así que me comí una ensalada de espinaca orgánica con betabel y la aderece con vinagre de manzana.

Por unos momentos creí que a partir de ahí me iba a morir de hambre. Pero no fue así. Sentí un poco más de energía, me fui a clase de yoga.

Al salir me tomé el sexto jugo y finalmente una leche de almendra a las 9 de la noche que me dejó lista para dormir.

Lo que yo sugiero es hacer un ayuno de 12 horas hasta el desayuno y mantenerse comiendo lo más natural y fresco posible los siguientes tres días, para que el día juicing valga la pena.

Al final de esta experiencia, confirmo que el juicing definitivamente no es para todos y que es bueno darle un descanso al organismo, pero no más de un día.”

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