En 2016, Juno, la nave espacial de la NASA, viajaba por el espacio recolectando información. En un momento, se vio afectado por el campo magnético interplanetario, un enorme campo en espiral que los vientos solares del Sol llevan hacia los planetas. Pero cuando la nave se encerró en la órbita de Júpiter, también cambió el entorno. Y se grabaron algunos sonidos de este planeta.
Primero, pasó al “choque de proa”, un área justo afuera de la magnetosfera del gigante gaseoso. Mientras lo hacía, experimentó una explosión sónica como una sacudida de turbulencia al encontrarse con la parte más alejada del campo magnético de Júpiter.
Los científicos saben desde hace mucho tiempo que Júpiter es ruidoso. El planeta produce intensas tormentas de radio alimentadas por interacciones entre el planeta y sus lunas, sin mencionar los gases salvajes del planeta. Pero no se dieron cuenta de que la entrada de Juno en la órbita de Júpiter produciría datos tan complejos.
Juno recogió señales de ondas de plasma, que son básicamente partículas cargadas del sol (también llamado viento solar) que rebotan en el campo magnético de Júpiter. El video muestra un espectrograma de tiempo de frecuencia que le permite ver y escuchar la creciente densidad de plasma que corresponde con el enfoque de Juno. El audio es un poco distante y espeluznante, como es de esperar de cualquier cosa en el espacio, pero luego están los tonos breves que suenan como un módem viejo, lo cual lo vuelve extrañamente familiar.
Debe estar conectado para enviar un comentario.