Los perros sin lugar a dudas son los mejores amigos del hombre; sin embargo a veces nos preocupa no aprender a leer sus señales que nos dictan algún problema con su salud o bienestar. Es un poco complicado saber con certeza qué le ocurre así que aquí te dejamos algunos consejos para identificar cuando tienen parásitos intestinales y debes acudir con un especialista cuanto antes.
Hay muchos tipos de parásitos intestinales como los áscaris, los tricurideos, toxocara, entre muchos otros; los más comunes en perros jóvenes son los toxocara canis, toxocara cati y toxascaris leonina.
Entre los síntomas más comunes que podemos identificar a simple vista son vómitos, pérdida de peso repentina y diarrea, principalmente.
Las infecciones por cestodos son relativamente comunes aunque en la mayoría de los casos no hay síntomas muy visibles por lo que es importante el chequeo constante con los veterinarios. Hay varias especies pero las más comunes parecen granos de arroz. Es importante recalcar que éstas no se transmiten de perro a perro, sino en hospedadores intermedios como pulgas, pescado o restos de carnicerías que infectan al perro tras ingerirlos.
La mayoría de las lombrices no son fácilmente identificables, puede que el perro no presente síntomas y es muy difícil distinguirlas en las heces sobre todo cuando se trata de un caso leve. Podemos ver algunos síntomas si infectan al sistema digestivo, principalmente en la pérdida de peso o cuando no quieren comer porque los gusanos consumen gran parte de los nutrientes de su cuerpo.
En general el perro se mostrará cansado, sin energía, con algunas flatulencias, eccemas en la piel y cambios en su pelaje como caída inusual o pérdida de brillo; si es así hay que actuar de inmediato pues significa que está empeorando rápido la infección y podría causarle problemas graves o incluso la muerte.
Los parásitos intestinales son muy contagiosos y en ocasiones se pueden transmitir incluso a los humanos, así que debemos estar muy alerta para cuidar la salud de tu mascota y el resto de la familia.
En realidad lo único que podemos hacer es ser muy cuidadosos con la limpieza del hogar y de los espacios donde se desarrolla nuestra mascota, así como llevarlo con un experto de manera regular para que pueda diagnosticarlo y darle el tratamiento que necesita.
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