Así puedes hacer tu propio Kefir en casa

El kefir es una bebida láctea fermentada similar a un yogurt fino que está hecho de granos de kefir, lleno de nutrientes y probióticos. La bebida se originó en el norte del Cáucaso, Europa del Este y Rusia, donde se prepara inoculando leche de vaca, cabra u oveja con granos de kéfir.

El kefir de leche es fácil de consumir para cualquiera que ame el yogurt. El kefir es ácido, casi tan espeso (y cremoso) como un smoothie, y está lleno de esos probióticos buenos que tienen tantos beneficios para la flora intestinal y la salud en general. Es como un yogurt que se puede beber y verter. Si te interesa esta opción saludable, aquí te dejamos la receta para que aprendas a preparar tu Kefir en casa.

Ingredientes:

– 1 taza de leche entera
– 1 cucharadita de granos de kefir

Instrucciones:

1. Combina la leche y los granos en un frasco: vierta la leche en un frasco de vidrio limpioy agrega los granos de kéfir. La leche puede estar fría o a temperatura ambiente. Nota: Evita el contacto prolongado entre el kéfir y el metal tanto durante como después de la preparación.
2. Cubre el frasco con una gasa, una toalla de papel o una servilleta limpia y asegúralo con una liga. No enrosques una tapa en el frasco ya que la acumulación de dióxido de carbono de los granos en fermentación puede hacer que se acumule presión en el frasco.
3. Deja fermentar durante 12 a 48 horas con el frasco a temperatura ambiente lejos de la luz solar directa. Revisa el frasco y cuando la leche se haya espesado y tenga un sabor ácido, está lista.
4. Cuela los granos de kefir. Con un colador pequeño sobre el recipiente que usarás para almacenar el kefir, cuela el kefir en el recipiente, atrapando los granos en el colador. Transfiere los granos a la leche fresca, mezcla los granos en un nuevo lote de leche y deje que fermente nuevamente. De esta manera, puede preparar un nuevo lote de kefir aproximadamente cada 24 horas.

Nota: Por lo general, esto tomará alrededor de 24 horas a temperatura ambiente promedio. La leche fermentará más rápido a temperaturas más cálidas y más lento a temperaturas frías. Si su leche no ha fermentado después de 48 horas, cuele los granos e intente nuevamente en un lote nuevo.