Cómo hacer gingerbread cookies

Las gingerbread cookies, o galletas de jengibre, son un clásico navideño que ha perdurado a lo largo de los siglos. Su característico sabor especiado, su textura crujiente y su apariencia festiva las han convertido en una tradición que trae siempre un toque de calidez y nostalgia durante el invierno. Estas galletas se asocian comúnmente con la Navidad, pero también pueden disfrutarse en cualquier ocasión especial o simplemente cuando te apetezca algo dulce.

El origen de las galletas de jengibre se remonta a la Edad Media, cuando las especias como el jengibre, la canela y el clavo comenzaron a ganar popularidad en Europa. Su combinación con miel o melaza dio lugar a estos dulces deliciosos que, con el paso del tiempo, se fueron moldeando en diversas formas, desde las tradicionales figuras humanas hasta creativas casas de jengibre decoradas con glaseado y dulces. Si te preguntas cómo hacer estas galletas en casa, te dejamos una receta completa para que puedas disfrutar de tus propias gingerbread cookies.

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Gingerbread cookies: la receta perfecta para la temporada

Ingredientes para las gingerbread cookies

Antes de comenzar con la preparación, es importante que tengas todos los ingredientes listos. La mayoría de ellos son básicos en la cocina, pero algunos específicos, como las especias, son esenciales para lograr ese sabor característico de las gingerbread cookies.

Para las galletas:

  • 3 tazas de harina de trigo
  • 3/4 taza de azúcar moreno
  • 3/4 taza de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente)
  • 1/2 taza de melaza o miel de caña
  • 1 huevo grande
  • 1 cucharadita de polvo de hornear
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de jengibre molido
  • 1 cucharadita de canela molida
  • 1/4 cucharadita de clavo de olor molido
  • 1/4 cucharadita de nuez moscada molida

Para el glaseado:

  • 1 taza de azúcar glass
  • 1 cucharada de clara de huevo
  • Unas gotas de jugo de limón
  • Colorantes alimentarios (opcional)
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Paso a paso: Cómo hacer las gingerbread cookies

La preparación de las gingerbread cookies no es complicada, pero sí requiere seguir ciertos pasos con cuidado para obtener una masa perfecta y un horneado que les dé ese toque crujiente por fuera y ligeramente suave por dentro.

Preparación de la masa

El primer paso es preparar la masa para las galletas. En un bol grande, mezcla la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la sal y todas las especias (jengibre, canela, clavo y nuez moscada). En otro recipiente, bate la mantequilla con el azúcar moreno hasta que la mezcla esté suave y esponjosa. Esto tomará unos 2-3 minutos. Luego, añade el huevo y la melaza, y mezcla bien hasta que todo quede integrado.

Poco a poco, incorpora los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y azúcar. Es importante hacerlo en tandas para evitar que la harina se desborde. Una vez que todos los ingredientes estén bien integrados, forma una bola con la masa, envuélvela en papel film y déjala reposar en el refrigerador durante al menos una hora. Esto ayudará a que la masa sea más fácil de manejar y a que las galletas mantengan su forma al hornearse.

Formado de las galletas

Después de que la masa haya reposado, precalienta el horno a 180°C (350°F) y cubre una bandeja para hornear con papel encerado o una hoja de silicona. Saca la masa del refrigerador y, sobre una superficie ligeramente enharinada, estírala con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 5 mm.

Utiliza cortadores de galletas en forma de muñecos de jengibre, estrellas o cualquier forma que desees. Coloca las figuras sobre la bandeja para hornear, dejando un pequeño espacio entre ellas, ya que crecerán ligeramente en el horno. Si deseas añadir detalles adicionales, como ojos de pasas o botones de chispas de chocolate, puedes hacerlo ahora.

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Horneado

Hornea las gingerbread cookies durante 10-12 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. El tiempo puede variar según el grosor de las galletas y tu horno, así que es importante vigilarlas de cerca para evitar que se quemen. Una vez listas, sácalas del horno y déjalas enfriar en la bandeja durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen por completo.

Decoración de las galletas

Una de las partes más divertidas de hacer gingerbread cookies es la decoración. Para el glaseado, mezcla el azúcar glas con la clara de huevo y unas gotas de jugo de limón hasta obtener una consistencia suave pero firme. Si quieres darle color a tu glaseado, puedes añadir unas gotas de colorante alimentario.

Una vez que las galletas estén completamente frías, utiliza una manga pastelera con una boquilla fina o una bolsa de plástico con una pequeña esquina cortada para decorar las galletas. Puedes crear patrones simples como líneas, espirales o puntos, o elaborar diseños más complejos según tu gusto y creatividad. Deja que el glaseado se seque completamente antes de guardar las galletas en un recipiente hermético.

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Consejos adicionales para unas galletas perfectas

  • Ajusta las especias: Si prefieres un sabor más intenso, puedes añadir más jengibre o canela a la masa. Si, por el contrario, buscas un toque más suave, reduce la cantidad de clavo o nuez moscada.
  • Masa demasiado pegajosa: Si la masa está muy pegajosa al estirarla, espolvorea un poco más de harina sobre la superficie y el rodillo. No agregues demasiada harina, ya que esto puede hacer que las galletas pierdan su textura crujiente.
  • Almacenamiento: Las gingerbread cookies pueden guardarse en un recipiente a temperatura ambiente durante aproximadamente una semana. También puedes congelar la masa cruda si quieres prepararlas en otro momento.