Todos hemos estado ahí: son las cuatro de la tarde y aunque comimos el almuerzo, sentimos hambre y se nos antoja un snack dulce. Un café no calmará la ansiedad, pero los chocolates, los brownies, la galletita, la nieve, las frituras y los caramelos están muy cerca y parecen buena opción.
¿Qué dirías si hay una forma de prevenir este ataque de hambre, mantenerte satisfecho hasta la cena y no romper la dieta? A continuación seis formas de contraatacarlo:
No salgas de casa sin comer
Según la nutrióloga Tanya Zuckerbrot, si comienzas el día con la nutrición adecuada, no desearás azúcar. Saltarte el desayuno NO es una opción. Hazlo preferiblemente con frutas en ayunas y después come algo de proteína o lácteos como el yogurt orgánico.
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Elige un buen almuerzo
Se dice que la comida más importante del día es el desayuno. Aunque en este caso el almuerzo es el protagonista porque lo que pongas en tu plato a esa hora, determinará el resto de la tarde. El consejo es un platillo que combine proteína con fibra para que te sientas lleno.
Lo más recomendado para el almuerzo es una ensalada mixta verde con brócoli, espinacas, arúgula y tu elección de proteína. Esta última puede ser salmón, atún fresco, pechuga de pollo o tofu para alimentar al cerebro, o un wrap. Agregar aguacate es muy buena opción porque es grasa sana y te ayuda a mantenerte satisfecho por más tiempo.
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Las proteínas son esenciales
Si a un platillo le hace falta proteína, por ejemplo el jugo verde que es alto en azúcar o un rollo de sushi que es de fácil digestión, causa que vuelvas a sentir hambre pronto.
Hidrátate
Bebe agua entre comidas para calmar la ansiedad porque quizá piensas en comer, cuando en realidad es sed.
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Cero goma de mascar
No mastiques chicle aunque sea sugar-free. Hacerlo solo incrementa el hambre porque hace que tu cuerpo produzca insulina, lo cual promueve tu deseo de comer carbohidratos y necesitar azúcar.
Y si no puedes más…
Si el hambre sigue ahí, no te rindas. En lugar de comer una bolsa de papas fritas, galletas o helado, elige algo con fibra y proteína. Por ejemplo, una manzana con crema de cacahuate o humus con crackers de fibra. Que tu nuevo propósito sea empacar snacks saludables para la oficina, la escuela o donde estés.
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