Elegir un reloj no es algo que se toma a la ligera. Esta pieza ha pasado de ser una novedad a una necesidad y ahora es una comodidad y un accesorio que va más allá de lo que dicta la moda y sobre todo el fast fashion. Un reloj es un estandarte, parte de nuestra personalidad y puede decir mucho más de nosotros de lo que creemos.
Tal vez hoy muchos usamos un smartwatch para nuestro día a día, después de todo es increíble tener algo que nos puede ayudar a ser más saludables, conseguir estadísticas exactas sobre nosotros, ayudarnos al ejercitarnos, contar nuestros pasos y más, pero eso no excluye el que tengamos relojes para ocasiones casuales o especiales.
Sin importar si se trata de una pieza casual que puedes comprar en una visita a algún centro comercial o si es un objeto de alta relojería, un reloj no se debe tomar a la ligera, pero eso tampoco quiere decir que necesites comparar una lista interminable de específicos para tomar la decisión correcta. De hecho, de acuerdo a los grandes maestros relojeros, se trata de algo mucho más subjetivo.
Uno podría ir tan lejos como decir que el reloj elige a cada persona. Se trata de un vínculo que se forma, no a primera vista, sino conociendo el legado de un objeto que tiene una historia mucho más profunda de lo que puedes imaginar. Al hablar con los directivos de las casas relojeras más importantes del mundo en el SIAR 2021 acerca de qué era lo que uno tenía que saber sobre un reloj antes de comprarlo, sus respuestas no eran acerca de los aspectos técnicos, el precio o las mejoras tecnológicas de un modelo, sino que venían directo del corazón.
Pasión, intuición, historia, legado. Las respuestas de los conocedores más grandes no apuntan a una ciencia exacta sino al arte que representa una pieza de alta relojería. Claro que cada uno de ellos está casado con su marca, pero no dudaron en admitir que hay piezas tan icónicas que cualquiera quisiera tener, pues tienen esas cualidades y muchas más.
Hay quienes tienen una casa relojera favorita, quienes prefieren saber que se trata de un reloj que es edición limitada o que es reminicente a un país o momento específico. Sin embargo parece ser una tarea destinada mucho más a la intuición que al raciocinio.
Por eso se dice que los relojes también son arte. Se trata de objetos que no se estiman solo por su cualidad técnica, sino por un valor estético, casi filosófico. Si medir el tiempo ha sido una tarea humana desde antes de que existiera la civilización, la relojería encapsula parte de nuestra esencia como especie y un reloj es el objeto en que exploramos nuestra humanidad.
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