Puede ser una pareja infiel, un padre que te decepcionó, un socio que te traicionó, un amigo que compartió algo que se dijo en confianza, todos estos sucesos son parte normal de la experiencia humana. Y todos en algún momento debemos enfrentar la pregunta de si perdonar y cómo perdonar. Después del daño y la ola de emociones, se presenta un nuevo desafío: ¿perdonar a la persona?
Una cosa es segura: al perdonar, dejas ir tus quejas y juicios y te permites sanar. Eso suena muy bien en papel y en la teoría pero en la práctica, el perdón a veces puede parecer imposible. Para aprender a perdonar, primero debemos tener claro qué NO es el perdón. La mayoría de nosotros tenemos al menos algunos conceptos erróneos sobre el perdón y posiblemente por eso nos resulta tan complicado hacerlo.
El perdón no significa que estás justificando o excusando las acciones de la otra persona. El perdón no significa que debas decirle a la persona que está perdonada. El perdón no significa que no debas tener más sentimientos sobre la situación. El perdón no es olvidar lo que pasó. El perdón no significa que la otra persona debe quedarse en tu vida y lo más importante: el perdón no es algo que haces por el otro.
Al perdonar, estás aceptando la realidad de lo que sucedió y encontrando una manera de vivir en un estado de resolución con ello. Es difícil y no sucede inmediatamente, puede ser un proceso gradual y no necesariamente tiene que incluir a la persona a la que estás perdonando. El perdón no es algo que haces por la persona que te hizo daño, es algo que haces por ti.
Si decides que estás dispuesto a perdonar, busca un buen momento y lugar para estar a solas con tus pensamientos. Si no sabes por donde empezar, puede ayudarte seguir estos cuatro pasos para perdonar incluso cuando se sienta imposible:
1. Piensa en el incidente. Acepta que sucedió. Acepta cómo te sentiste al respecto y cómo te hizo reaccionar. Para perdonar, debes reconocer la realidad de lo que ocurrió y cómo te viste afectado.
2. Reconoce el crecimiento que experimentaste como resultado de lo sucedido. ¿Qué te hizo aprender sobre ti mismo o sobre tus necesidades y límites? Sobreviviste al incidente, y tal vez creciste.
3. Piensa en la otra persona. Él o ella tienen defectos porque todos los seres humanos tenemos defectos. Él o ella actuó desde creencias limitadas y un marco de referencia sesgado porque a veces todos actuamos desde nuestras creencias limitadas y nivel de conciencia. Cuando te lastimaron, la otra persona estaba tratando de satisfacer una necesidad. ¿Cuál crees que era esta necesidad y por qué la persona lo hizo de una manera tan dolorosa?
4. Finalmente, decide si quieres o no decirle a la otra persona que la has perdonado. Si decides no expresar el perdón directamente, hazlo por tu cuenta. Di las palabras “Te perdono” en voz alta y luego agrega toda la explicación que necesites.
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