Por Alba Aguilar
Ciudades como Nueva York, Londres y París la experiencia de ir al cine se ha llevado a nuevas fronteras del lujo. Nos despedimos de las palomitas y los chocolates para darle la bienvenida a bocadillos de caviar, salmón ahumado y macarons.
El Nitehawk Cinema en Brooklyn, NY, hay chefs encargados de servir platillos especiales para cada tipo de escena de la película, como para la presentación de la película de terror “Carrie”, en donde se ofreció un menú con motivos “sangrientos”.
De igual manera, el Edible Cinema en Londres sincroniza el menú con la película. Por ejemplo, cuando se proyectó la película “Some Like it Hot” en donde aparece Marylin Monroe, en la escena donde ella canta “Alcohol-Soaked Kisses”, se le ofrecieron chocolates rellenos de champagne a los asistentes.
Por otra parte, el club social Le Popcorn Project en París contrata los mejores foodtrucks para que ofrezca el catering de sus proyecciones, los cuales ofrecen exclusivos y deliciosos sandwiches gourmet, dim sum, tartas, quiches y pays.
¿VIP? No… Mucho más que eso.