Todo empezó en 1879 cuando de una simple idea surgió el deseo de crear un jamón ibérico 100% de bellota. El jamón español ya gozaba de cierta fama en zonas de aquel país, pero faltaba ese “algo” excepcional que lo convirtiera en un referente para el mundo.
Con lo que la naturaleza ofrecía y el cerdo ibérico –un animal muy singular que requiere de condiciones de vida excepcionales y una alimentación basada únicamente de bellota– comenzaron los procesos de crianza y maduración de los ingredientes esenciales que necesitaría este jamón.
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Quienes conocen y han probado esta exquisitez, saben que Cinco Jotas es un tesoro culinario. Y es que no solo se trata del buen jamón, sino de toda la experiencia y el “saber hacer” que involucra su producción.
Un jamón de esta clase no es improvisado, requiere de finos cuidados y dedicación desde su producción hasta el momento de degustación. Cada bocado de esta delicia es un corte especial que se perfecciona con el tiempo. Son lonchas finamente rebanadas que permiten deleitar el paladar de los afortunados que lo prueban. Este mítico jamón es todo un arte, una tradición milenaria donde varias generaciones de porqueros, perfiladores, maestros bodegueros y maestros cortadores son parte primordial para su creación.
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Definitivamente Cinco Jotas es un lujo reservado para los que gustan de probar el verdadero sabor del jamón ibérico. Su textura, aroma y sabor singular es algo que tienes que probar mínimo una vez en la vida.
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