La teoría de los seis grados de separación fue inicialmente propuesta en 1930 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en un cuento llamado “Chains”. El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y solo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera. Según esta teoría, cada persona conoce en promedio, entre amigos, familiares y compañeros de trabajo o escuela, a unas 100 personas. Si cada uno de esos amigos o conocidos cercanos se relaciona con otras 100 personas, cualquier individuo puede pasar un recado a 10mil personas, solo con pedir a un amigo que pase el mensaje a sus amigos.
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¡Todos estamos conectados! El mundo es un pañuelo y estamos mucho más cerca de lo que parece. Y si a eso le agregamos un acto tan cotidiano como tomar una cerveza, esta distancia se acorta aun más.
Con inspiración en este concepto nació Seis Grados, una cerveza stout imperial, que originalmente se producía en el siglo XVIII en Londres y se exportaba a la realeza de Rusia. El apellido de ‘imperial’ hace referencia a una mayor carga de malta, lúpulo y alcohol, factores que contribuían a que no se
congelara en el largo trayecto a Rusia. Se caracteriza por tener un color obscuro, casi negro, y un sabor carácter amargo. Seis Grados contiene toques de canela y cacao, que le dan un matiz único, dedicado al paladar mexicano.
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