Hace 50 años, una fiesta en el Bronx cambió el futuro de la música y hasta el día de hoy su repercusión continúa transformando una de las actividades favoritas del ser humano. Durante décadas el rock fue el género que era considerado rebelde y para jóvenes, por lo menos en occidente, pero gracias a lo que pasó el 11 de agosto de 1973, pronto el hip hop se convirtió en una leyenda viviente que no solo transformó la música, también el arte, la moda y muchas partes de nuestro estilo de vida.
El 11 de agosto de 1973, una inocente fiesta de regreso a clases estaba en pleno apogeo en 1520 Sedgwick Avenue en el Bronx, Nueva York. Desconocido para los asistentes, esta fiesta se convertiría en el génesis de un género musical entero.
El hombre detrás de la tornamesa, DJ Kool Herc, estaba a punto de introducir una técnica revolucionaria. En lugar de simplemente tocar canciones de principio a fin, utilizó dos tornamesas para alargar las pausas instrumentales. Esto permitió un periodo extendido de baile ininterrumpido, que se conocería como breaking o b-boying, dando lugar finalmente al nacimiento del breakdance.
Para aquellos fuera de la comunidad hip-hop, podría parecer sorprendente que un género ahora sinónimo de artistas multiplatino, festivales de música y líneas de moda influyentes, comenzara con una simple técnica en una fiesta local.
Pero ese es el encanto del hip-hop. Sus raíces están profundamente arraigadas en la autenticidad cruda y el espíritu comunitario. Era una plataforma para que los marginados y olvidados expresaran, contaran sus historias y exigieran su lugar en una sociedad que a menudo los ignoraba.
Hoy, en cualquier calle, se pueden ver las herencias de aquel fatídico día de agosto. Desde murales de grafiti que transforman muros urbanos grises en vibrantes lienzos de expresión, hasta dj’s locales compitiendo, así como raperos que se cutren en las calles y donde la humillación es la mejor lección para crecer. Y luego están las superestrellas globales que, mientras agotan arenas y encabezan listas, aún recuerdan y rinden homenaje a las raíces de su arte.
Este 11 de agosto, ya sea que uno seas un apasionado del hip-hop o un oyente ocasional, vale la pena tomar un momento para apreciar el rico tapiz de cultura, expresión e innovación que representa el género. Estos discos son una muestra de lo que el género ha ofrecido desde hace 50 años y que hasta el día de hoy mantiene un referente en el mundo entero.
Public Enemy – It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back (1988)
Emergiendo a finales de los años 80, It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back de Public Enemy se convirtió en un himno de conciencia política y activismo en el hip-hop. Con beats contundentes y letras incendiarias, este álbum marcó el amanecer de una era donde la música se convirtió en un instrumento para el cambio social, ampliando los límites de lo que el hip-hop podría representar.
A Tribe Called Quest – The Low End Theory (1991)
El segundo álbum de A Tribe Called Quest, “The Low End Theory”, fusiona sin problemas paisajes sonoros infusionados con jazz y lirismo perspicaz. Es una clase magistral en ritmo y poesía, demostrando que el hip-hop puede ser musicalmente intrincado y socialmente conmovedor.
Wu-Tang Clan – Enter The Wu-Tang (36 Chambers) (1993)
Los sonidos crudos y arenosos de 36 Chambers irrumpieron en la escena en 1993, presentando al mundo al dinámico conjunto que es Wu-Tang Clan. Con sus muestras de kung-fu y versos endurecidos por la calle, este álbum se convirtió en una piedra angular, consolidando el lugar del equipo de Staten Island en la tradición del hip-hop.
The Notorious B.I.G. – Ready to Die (1994)
Este disco es una obra maestra narrativa, entrelazando historias de vida en la calle, éxito y tristeza. Con su combinación única de beats sucios y habilidades narrativas inigualables, este álbum mostró el don de Biggie de capturar la esencia de la vida en Brooklyn durante los años 90.
Lauryn Hill – The Miseducation of Lauryn Hill (1998)
Con melodías llenas de alma y letras introspectivas, se trata de un viaje sincero sobre el amor, la feminidad y la identidad. Es un testimonio del arte multifacético de Hill, fusionando rap, soul y reggae en un clásico atemporal.
Outkast – Stankonia (2000)
Stankonia de Outkast es un caleidoscopio de sonidos, fusionando funk, rap y rock en una experiencia electrificante. Los experimentos de género del dúo en este álbum allanaron el camino para una nueva era del hip
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