La sobremesa es una de las tradiciones más bonitas que tenemos. Incluso ahora que estamos confinados a nuestros hogares, la sobremesa sirve para espaciar el tiempo, dejar que las pláticas fluyan y disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
Un carajillo sintetiza todo lo anterior. Una bebida en la que el café y el licor se mezclan para soltar la lengua y relajar los músculos, que evita que caigamos somnolientos en las sillas y que esas pláticas, donde las cosas se dicen sin pensar pero sin pelear, se convierten en momentos que recordaremos toda la vida.
Ante eso, también la música ayuda. Se trata de canciones que nos gustan, tal vez demasiado, pero que no roban la atención de lo que tenemos frente a nosotros. No tanto ruido de fondo, pero no protagonistas del momento, eso es esta playlist.
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