Vuelve tu caminata en meditación. Te decimos cómo

Desde hace nueve meses cambió nuestra vida abruptamente. Ahora, nuestro deber es mantenernos en casa lo más posible y cuidar de nosotros y nuestra familia. Para este punto, ya reconocemos la importancia y el gran regalo que puede ser una simple caminata y sentir el aire y el sol en nuestra cara. Si estás en proceso de querer ser más consciente o simplemente tomar unos minutos meditativos en tu día, te podemos ayudar.

Una caminata es lo que puedes necesitar para recordarte que estás vivo. Ser intencional con tu respiración y estar presente no es algo que sea tan fácil, pero un paseo en silencio puede recordarte de las pequeñas cosas mágicas de la vida. Poner atención y scuchar los pájaros, el movimiento de las hojas, tus propios pasos puede convertirse en la propia música de tu caminata y regalarte un momento que te empoderará.

Vuelve tu caminata en meditación. Te decimos cómo - caminata-2

Camina y respira

Mientras camines, escucha y respira hondo. Inhala por la nariz: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Exhala por la nariz: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1. Hazte consciente de la subida y bajada de tu abdomen. Comienza a convertir la caminara en una meditación paso a paso lleno de intención y aprecio.

Agradece

Mientras avances y explores la calle o el parque, date cuenta de lo extremadamente privilegiado que eres de de estar vivo y en movimiento y en sintonía con el aire para estar ahí. Agradece que puedes darte este momento como recordatorio de cuidar de ti y para enumerar las bendiciones que hay en tu vida, tan simples como sean. Verás que hay muchas.

Recuerda cuidar de ti

Esta caminata será tu recordatorio diario de que primero debes ir tú. Debes cuidarte antes que los demás para poder dar lo mejor de ti. Hacer este espacio para enfocarte en tu cuerpo, tus sensaciones, tus emociones y tu estado en general será perfecto para que hagas un chequeo contigo y también te des cuenta de cuánto mereces.

No aceleres

No es una caminata para hacer ejercicio. Sí, el movimiento será muy sano para tu cuerpo, pero la intención no es ejercitarte. Recuerda, mientras camines date permiso para estar completamente presente con cualquier cosa y todo lo que salga a la superficie de emociones. Buenas o malas, déjalas estar. Y si sientes que quieres correr, o te notas acelerando el paso, quédate quieto y respira. Regresa al primer paso y comienza a contar.