La bugambilia es la planta de las Llamas Gemelas o también conocidas como Almas Espejo. Una conexión aún más fuerte que la de Almas Gemelas, algo demasiado intenso, químico y duradero; básicamente Compañeros de la Creación.
Las flores y plantas tienen mucho detrás, algunas no se han dado de forma natural y su historia es fascinante. Así sucede con ésta que encontramos fácilmente por las calles de la CDMX sin imaginar que tuviera un significado tan profundo.
¿Qué son las Llamas Gemelas?
Las llamas gemelas son esas personas afortunadas que encuentran esa mitad en la Tierra, el alguien con el que caminarán toda la vida. Se dice que antes de la experiencia terrenal dividieron nuestra alma y justamente así se siente tener una Llama Gemela, como encontrar a esa otra mitad que te faltaba para complementarte.
¿Cómo identificar que es tu Llama Gemela?
No es fácil detectar a las Llamas Gemelas y es muy fácil que la podamos confundir. Pero sucede que cuando conoces a la persona sientes una sensación de ya haberlo conocido antes.
Las pláticas y planes surgen muy sencillo, sacan lo mejor del otro, vibran en la misma intensidad y pláticas profundas son una conexión mucho más intensa.
Historia de la Bugambilia y las Llamas Gemelas
Hay una leyenda poco conocida que relata el origen lleno de amor de las bugambilias. Dos seres destinados a amarse y estar eternamente juntos fueron separados por órdenes de Dios para que cada uno tuviera una vida distinta y con el tiempo pudieran unirse nuevamente.
La separación fue un momento difícil para ellos y ella comenzó a encontrar hojas de bugambilia en sus ratos tristes. Entendió después que se trataba de una señal del destino y que cada que las veía caer significaba que su Llama Gemela estaba pensando en ella.
Se encontraron. La vida los volvió a unir y de inmediato entendieron que eran el lugar donde pertenecían. Bailaban, cantaban, su tiempo juntos era pura magia y pudieron comprender por qué no ocurría lo mismo con alguien más. Estaban destinados a estar juntos porque son una misma alma pero el Plan Divino los dividió a la mitad.
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