Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades es la nueva película de Alejandro Gonzáles Iñárritu y uno de los proyectos más esperados de 2022. Se trata de una de las grandes apuestas de Netflix por mantener su liderazgo en la industria del entretenimiento y así como The Irishman de Scorsese o Roma de Cuarón, este es uno de sus proyectos artísticos que espera competir por los premios más importantes en el mundo del cine.
Bardo acaba de estrenar su trailer y se trata de una visión surrealista de Iñárritu, quien nos contará una historia donde lo personal y lo colectivo, lo mundano y lo histórico, así como lo “allá” y lo de “acá” convergen en un filme de más de dos horas.
Lleno de escenas que nunca habíamos visto, pero que evocan recuerdos de la historia nacional, Bardo cuenta la historia de Silverio (Daniel Giménez Cacho), un periodista que tras más de dos décadas en Estados Unidos debe regresar a México para recibir un premio por su carrera, pero lo que muchos ven como uno de los pináculos de su vida laboral, él lo considera uno de sus más grandes fracasos.
Esta pequeña sinopsis evoca al inicio de El Testigo, la novela que cimentó a Juan Villoro como uno de los escritores mexicanos más importantes de nuestros tiempos y el escritor que ya vio Bardo y escribió lo siguiente en The Washington Post:
La película más reciente del cineasta mexicano es una batalla de la mente, lo que el protagonista inventa y recuerda mientras se debate entre la vida y la muerte. El título determina la historia: en la tradición tibetana, “bardo” es un estado entre dos realidades. El torrente de imágenes desatado por Iñárritu se somete a una lógica precisa. Los ajolotes que aparecen desde el principio tienen una condición simbólica.
En “La jaula de la melancolía”, el antropólogo Roger Bartra señala que se trata de la mascota perfecta para expresar la identidad nacional. Su condición anfibia sirve de emblema a una cultura híbrida, forjada entre dos realidades, la indígena y la española. Además, el ajolote vive en estado larvario: puede convertirse en salamandra, pero solo unos cuantos miembros de la especie lo logran. Un animal que podría ser otro y cuyo carácter indeciso, ambiguo, aspiracional, lo asemeja al mexicano en permanente indefinición. Esta característica se extiende al paisano que migra: ajolote tex-mex.
Bardo ha sido descrita por Iñárritu como su trabajo más personal hasta el momento y así como Silverio, también se trata del regreso del director a una producción nacional después de dos décadas de haber saltado al éxito internacional con Amores Perros.
Más allá de una historia convencional, nos adentraremos a Bardo como lo hemos hecho con otras narrativas de Iñárritu, a través de un caleidoscopio de imágenes poéticas donde tocará temas como la paternidad, la violencia, el conolialismo, la memoria, la migración y más.
En México, Bardo se estrenará el 27 de octubre en cines de todo el país. Después llegará a Estados Unidos y otros países antes de estrenarse mundialmente el 18 de noviembre para que finalmente llegue a Netflix el 16 de diciembre.
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