Sí, los “baños forestales” tienen beneficios reales

Después de saber esto, ya no te parecerá raro abrazar un árbol como parte de un “baño forestal”. ¿No nos crees? Sigue leyendo.

Aunque el Día de la Tierra es la excusa perfecta para salir a caminar y rodearse de la naturaleza, sabemos que no todos son fanáticos del outdoors. Pero tal vez los dichosos “baños forestales” te harán sacar tu lado más hiker, y es que no es necesario aventurarse a la caminata más ruda, basta con rodearse de naturaleza.

¿Cómo funcionan los baños forestales y qué tan real es la magia? Esto es todo lo que debes saber sobre la terapia milenaria de origen japonés.

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¿Qué es exactamente un baño forestal?

Shinrink Yoku es el término en japonés que significa literalmente “baño de bosque”. Parecido a la ecoterapia, se basa en sumergirse con los cinco sentidos en la atmósfera forestal para sentir lo beneficios curativos de los árboles. Y no, no es un mito. El mundo lo supo cuando este concepto se popularizó en los 80 con el regreso de las prácticas ancestrales del budismo y el sintoísmo, que veneran a la naturaleza.

¿Cuáles son los beneficios?

Está comprobado que el baño forestal baja el 12.4% los niveles de la hormona del estrés (el cortisol). Está terapia que puede ser casi mejor que el botox, sería tu nuevo detox.

Como master de este concepto, Yoshifumi Miyazaki (profesor e investigador) escribió su bestseller Shinrink Yoku: The Japanese Art of Forest Bathing, donde explica cómo echarse un clavado al bosque, “disminuye además la actividad del córtex prefrontal, responsable de funciones cognitivas como planificar, y aumenta la actividad en otras áreas del cerebro vinculadas con la empatía y las emociones. Por eso la comida sabe mejor en el campo”.

Después de diversos estudios desde el 2004, las cifras señalan que esta terapia particular —además de los niveles de cortisol— también baja en un un 1,4% en promedio la presión arterial; la incidencia de infartos también se reduce en un 5,8%.

Existen árboles como el cedro, cuyos compuestos volátiles generan un impacto en nosotros. El contacto con la naturaleza tiene efectos inmunológicos: reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, fortalece el sistema inmunológico, mejora el sueño y aumenta el nivel de los “natural killers” (los glóbulos blancos que combaten enfermedades).

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¿Cómo aplicar esta terapia?

Mientras shinrin yoku se hace popular, y más personas aprenden sobre el baño forestal, ya hasta existen lugares donde puedes sacar tu certificado como guía de terapia de bosque. Y si viajas a Japón, hay más de 60 bosques como centros de terapia para solucionar la crisis de altos niveles de estrés en el trabajo. Y es que esta iniciativa surgió también cuando se identificó un boom de enfermedades autoinmunes. 

Cuando estés enfermo o sientas el burnout del trabajo, sal al bosque (la cura es gratis). Vistas increíbles, respirar aire limpio y depejar la mente ¿qué más podemos pedir? Aunque basta con llegar al bosque para entender una pequeña parte del efecto, la guía definitiva y la más popular es Forest Bathing: How Trees Can Help You Find Health and Happiness, dónde aprendes todo sobre la ciencia y el arte de sumergirse en esta práctica.