Cada mes de junio, las barras de colores que representan a las distintas banderas y emblemas del espectro de la diversidad sexual se apoderan de los logotipos de las grandes empresas transnacionales, quienes demuestran su apoyo a las causas de la comunidad LGBT+ (al menos) durante este mes. Así que es un gran momento para hablar de artistas que son parte de la comunidad.
Más allá de las marchas y las fiestas en infinidad de ciudades del mundo, es importante recapitular y hacer conciencia sobre las personas que generaron movimiento y escozor en el ámbito artístico (y así impactaron en lo político), cambiando de esta manera nuestra forma de ver la realidad, acercándonos culturalmente a las causas de diversos grupos vulnerables, que todo el año (no sólo en junio) luchan por ser visibles, por ser reconocidos y respetados, por tener los mismos derechos, ni más ni menos, que las mayorías.
Conoce a estos artistas LGBT+
En la literatura
Un recorrido inagotable de talento ha brindado la comunidad LGBT+ al mundo de las letras.
No terminaríamos de mencionar a tod@s quienes a través de sus novelas, dramaturgia, ensayos y relatos han construido universos fantásticos, investigaciones que cambiarían el rumbo de la historia o hermosísimos panoramas poéticos. Anais Nin, Oscar Wilde, Cristina Peri Rossi, Virginia Woolf, Gabriela Mistral… por sólo nombrar a poc@s.
Sin embargo, poco se habla, por ejemplo, sobre Luis González de Alba, el irreverente y transgresor autor de Los días y los años, uno de los relatos periodísticos/crónicas/novelas trascendentales para entender el movimiento estudiantil mexicano de 1968. Él, dueño de una prosa totalmente libre, descriptiva y desfachatada, nos brindó obras como Agapi Mu – Amor mío, su continuación Cielo de invierno y Cuchillo de doble filo entre muchas otras, en las que explora el cruising, los convencionalismos sociales, la libertad y las relaciones sexoafectivas entre hombres.
Por otro lado, encontramos a Christopher Isherwood, escritor de múltiples novelas entre las que destacan, A Single Man (su obra maestra, llevada al cine por Tom Ford en su ópera prima), Mr Norris Changes Trains, Prater Violet y The Berlin Stories, relato del cual surge la icónica Sally Bowles, personaje protagónico de Cabaret, inmortalizado en el cine por Liza Minelli, el cual se ha consolidado como una referencia básica en el imaginario gay.
En la pintura
Tamara de Lempicka y Rosa Bonheur fueron artistas de espíritu libre, quienes vivieron una existencia que desafiaba todos los cánones. Ambas, dueñas de un arrojo inquebrantable.
De Lempicka, estableciendo los cánones del art deco, con formas sólidas y bellas en las que se retrataba el glamour de la época de oro de la elegancia europea, mientras que Bonheur, rebelde y talentosa, plasmó en sus pinturas, animales y pasajes cotidianos de Francia, dueña de una magistral técnica en el realismo.
También experto en retratar momentos cotidianos, pero en este caso, en la segunda mitad del siglo XX, encontramos a David Hockney, uno de los artistas mejor valuados de la actualidad quien pintaba escenas diarias de un Los Ángeles, ciudad que vivía un crecimiento incipiente, con sus grandes playas y mansiones de estrellas de cine.
Contemporáneo de Isherwood y de su pareja, el también artista Don Bachardy. Vale la pena mencionar también a Alice Neel, quien ha sido una de las artistas quien más retratos ha hecho de relevantes personajes de la comunidad LGBT+, mismo trabajo que ha sido reunido en exposiciones como Alice Neel: People Come First en el MET de Nueva York en el 2021 o en el libro At Home: Alice Neel in the Queer World, publicado por David Zwirner Books este año.
Activistas y víctimas de sus tiempos
La pandemia del VIH-SIDA ha sido uno de los sucesos que mayormente ha golpeado a la comunidad LGBT+, su esparcimiento en la Nueva York de los años 80 cobró la vida de muchos de los artistas más talentosos de su generación y de la historia del arte. Félix González-Torres (con sus conmovedores sentimientos atribuidos a los objetos de uso diario), Keith Haring (quien hizo de sus inocentes figuras, mensajes de protesta y de unidad) y Robert Mapplethorpe (creador de provocativas y transgresoras fotografías), víctimas del epicentro de esta calamidad cuya vida fue segada no sólo por un virus desconocido y asesino, sino por la ignorancia, la discriminación y el rechazo de sus familias.
El talentoso e imaginativo autor Reinaldo Arenas, tras haber vivido años de persecución en su natal Cuba por denunciar a un régimen opresor e indolente y haber llegado a Estados Unidos en el barco Mariel, pensó que encontraría la paz y la libertad en “la tierra de las oportunidades”, sin embargo, el escritor de Celestino antes del alba, El mundo alucinante, El color del verano y su autobiografía Antes que anochezca, encontraría su destino final al contagiarse de VIH y tomar su propia vida en diciembre de 1990.
Una de las imágenes más impactantes originadas a raíz del activismo y de la lucha contra el SIDA es la de Pedro Lemebel sujetando una pancarta en la cual se lee “Nueva York, Chile te devuelve el SIDA”, un impactante mensaje con el cual reflexiona (y nos hace reflexionar) sobre una nueva especie de colonialismo, el que los países desarrollados ejercen sobre los subdesarrollados, la de la exportación de enfermedades.
Creador de performances tan atrevidos como prenderse en llamas en las escalinatas del Museo de Arte Contemporáneo en Chile, siendo parte del colectivo Las Yeguas del Apocalipsis y escribiendo Loco afán: crónicas del sidario, Lemebel permanecerá siempre como una de las voces más valientes, disidentes e inquietas de la comunidad LGBT+ de todo el mundo.
Junio no es sólo un mes de fiestas, ediciones “Pride” y de celebraciones, debe ser un momento del año para hacer un corte de caja, revisar qué nos falta en el camino a la equidad, a la igualdad de derechos, así como de seguir honrando la memoria de tod@s est@s creador@s quienes su legado de lucha, en cualquiera de sus formas, debe permanecer más vivo que nunca.