Las mejores piezas de arte son aquellas que cobran vida por sí mismas, que tienen una personalidad única, y que son capaces de cambiar el ambiente de cualquier espacio. Pero en esta ocasión no hablamos de ninguna pintura, escultura, fotografía, dibujo o ilustración.
Nos referimos a Wallflower, un concepto que lleva la decoración a nuevos límites al incorporar seres vivos en sus obras: plantas decorativas. Piezas de arte con vida que son fáciles de mantener y que no necesitan instalaciones especiales.
Desde el año 2006, dos profesores franceses de horticultura desarrollaron el prototipo de la fusión del arte con la vida. ¿El resultado? una especie de huerto vertical decorativo que se compone de un sistema simple y atractivo, que permite a las plantas crecer en las paredes y además, adornar el ambiente.
Wallflower ha sido ganador de reconocimientos como la Etiqueta Savoir-Faire del sector de horticultura, MPS y Glazen Tulip en el 2010.
Para más información visita el sitio de Wallflower.
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