La astrología ha sido una herramienta milenaria no solo para definir los movimientos planetarios, sino también para saber cómo esos tránsitos celestes influyen en la vida de cada persona. Su estudio ha sido tan intenso, y diverso, que hoy lo aplicamos con precisión para conocernos mejor, entender quiénes somos y cuál es nuestro propósito de vida. Y entre ese conocimiento, juega un papel importante el llamado big three o los 3 grandes de la astrología. ¿Sabes de qué se trata?
El inicio del big three
Antes de entrar a este concepto hay que partir de un tema previo: una carta natal o también llamada astral, que es una fotografía del cielo en el momento en que nacemos. Todos tenemos una, pero no hay cartas similares para nadie, puesto que todos los cuerpos celestes, incluyendo la Tierra, están en movimiento.
A partir de esa fotografía se establecen entonces sí los tres elementos que importan para determinar la personalidad de una persona: el signo solar, el ascendente y la luna.
Qué es el signo solar
Este es el más común, el que sabemos todos y con el que nos identificamos a la pregunta de ‘qué signo eres’. Su cálculo simplemente se da con base en la posición del sol en alguna de las 12 constelaciones del zodiaco al momento de nuestro nacimiento. A partir de ahí se establece este elemento, y lo que dice de nosotros es básicamente nuestra identidad más íntima y profunda según el signo que nos haya tocado.
Entonces, esa característica propia del signo es lo que somos. Así, por ejemplo, los signos solares Aries pueden ser de identidad impulsiva, o los Leo tendrán como pilar la creatividad y autoexpresión.
Qué es el ascendente
Este elemento no es propiamente un planeta o cuerpo celeste, sino una línea imaginaria que se traza en el cielo al momento del nacimiento hacia el punto donde está emergiendo el horizonte, por eso es importante para su cálculo saber la hora y lugar de nacimiento. A partir de este dato entonces se obtiene el ascendente, cuyas funciones son varias: primero, marca la casa 1 en una carta astral, que debe dividirse en 12 casas, una por cada signo de zodiaco. Esta primera casa representa el ‘yo’, lo que somos, a través de las características que tenga ese signo donde nos haya caído el ascendente.
Pero otro tema importante que marca es cómo nos percibe la gente que no nos conoce. Los astrólogos dicen que estas características y energía del ascendente es lo que los otros ven de nosotros, pero lo más importante es que se trata de elementos que deberíamos integrar a nuestra personalidad. Por eso, a veces puedes conocer alguien de un signo solar muy explosivo, pero en el primer contacto te parece una persona tímida (siguiendo a la astrología, podría ser porque te está mostrando las características de su ascendente).
Y finalmente, qué es la luna
Al igual que sucede con el signo solar, el cálculo de la luna se hace a partir de la posición de este satélite cuando nacimos, es decir, en qué signo estaba transitando. Lo que la luna refleja son principalmente las emociones: cómo se siente la persona, cómo se relaciona con esas sensaciones, cuáles son sus necesidades más profundas y algunas reacciones instintivas; algo así como la parte más vulnerable.
Además, dice la astrología, puede dar información sobre la relación con la madre, su situación en la infancia y los deseos en una relación de pareja.
A partir de estos 3 grandes, o los big three en astrología, puede iniciarse un análisis de cada persona, para saber un poco cómo es y cómo transita por el mundo.
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