Tuvimos el honor de entrevistar a Alberto López, originario de la comunidad tzotzil de Aldama, quien con tan solo 33 años ha logrado romper con estereotipos para posicionarse como uno de los artesanos mexicanos más reconocidos en el mundo. Sus diseños han desfilado en New York Fashion Week y ha sido conferencista en la Universidad de Harvard. Además, con su marca K’uxul Pok’ brinda trabajo a más de 150 mujeres de su comunidad quienes a través de la venta a precio justo de sus tejidos pueden sostener a sus familias.
¿A qué edad aprendiste a tejer?
Soy el más pequeño de siete hermanos y el único que fue a la escuela, no conocí a mi papá, yo tenía dos años cuando murió. Mi mamá es muy valiente y nos sacó adelante a los siete trabajando en el campo, cuando comenzamos a crecer buscamos empleo también en el campo y nos pagaban $2 ó $5 pesos al día.
A los 19 años le pedí a mi mamá que me enseñara a tejer, ella tejía pero sólo para nosotros, nunca viajó para vender sus diseños. Ahí empezó a enseñarme, estuvo todos los días durante 6 meses junto a mí enseñándome los diferentes tejidos y brocados.
Alberto, cuéntame ¿cómo fue que empezaste con K’uxul Pok’ ?
Bajé a ofrecer mis diseños a San Cristóbal y me enfrenté con el clásico “¿Cuánto es lo menos?” y la verdad conozco el valor de mi trabajo, así que le decía a la gente y tiendas que no quería regalarlo. Valoro el arte y la historia, así que cuando me dijeron que ahí no iba a vender si no daba precios bajos empecé a buscar otras opciones. Después empecé a dar talleres de telar en San Cristóbal de las Casas para dar a conocer todo el trabajo que hay detrás de un tejido, así se comenzaron a dar cuenta de todo lo que conlleva hacer una prenda. Ahorré, compré un celular y empecé a publicar mi trabajo para poco a poco mostrar mis diseños.
Me di cuenta que las compañeras artesanas vendían sus trabajos a precios regalados, una prenda que tardaban dos meses en hacerla la vendían en $800 pesos, no estaban ganando nada de su trabajo cuando es una obra de arte. Ahí fue cuando supe que tenía que lograr que el trabajo y las historias de cada prenda de mis compañeras artesanas fuera valorado y bien remunerado. Así empezó el proyecto de K’uxul Pok’. Siempre conté con el apoyo de mi familia, ahora algunos hombres de la comunidad también tejen, aunque les da un poco de pena y lo hacen dentro de la casa para que no los vean y yo les digo “¡Ay, hombres! Todos tenemos el derecho de participar en cualquier trabajo. El arte no tiene género.”
Ahora somos más de 150 artesanos en el proyecto, muchas compañeras me han dicho que este proyecto les ha cambiado la vida al aprender más sobre el valor que tiene el tejido y el poder sostener a sus familias a través de su trabajo
Siempre les digo a mis compañeras que deben de trabajar con mucho amor, respetar a los hilos y tejer cuando están de buen humor, los hilos sienten, guardan todas las emociones y las historias que les contamos mientras tejemos. Los artesanos siempre dejamos un pedacito de nuestra alma en cada prenda que tejemos.
¿Cómo lograste llegar a los mercados internacionales?
Hace ya como tres o cuatro años unos jóvenes llegaron a mi tienda mientras yo estaba tejiendo, empezamos a platicar, les mostré mi trabajo y les conté de mi proyecto. Uno de estos chavos es de San Cristóbal de las Casas pero se fue a trabajar a Alemania, me hicieron una entrevista muy rápida, grabaron un poco de mi trabajo y regresaron a Alemania. Una semana después publicaron el video en la página alemana de los derechos humanos y se viralizó. Después de esto me empezaron a invitar a varios países y así fue como me invitaron a la semana de la moda en Nueva York y a dar una conferencia en la Universidad de Harvard.
Cuéntanos más sobre tu experiencia en Nueva York y Harvard
Vengo de una comunidad en el campo, crecí con muchas limitaciones y estar en un lugar así es impresionante ¡Lloré de emoción la primera vez que vi Nueva York! He ido dos años seguidos, fue increíble, es una experiencia totalmente diferente. Pude conocer en persona a varios de mis clientes extranjeros que me han comprado prendas por Instagram y fueron al evento sólo para conocerme y llevarse algunas piezas más. No regresé con nada de lo que llevé para la pasarela ¡Lo compraron todo!
En Harvard me invitaron a dar una conferencia sobre la cultura, arte y tradiciones de pueblos indígenas. Recuerdo que al final los estudiantes se quedaron felices y llorando, de hecho me invitaron a volver a dar esta conferencia el próximo año.
Encuentra los diseños de Alberto dando clic aquí y recuerda la importancia de apoyar el arte mexicano.
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