A lo largo de la historia del cine, numerosos actores han tenido cambios físicos extremos, realizando sacrificios físicos y emocionales notables para encarnar a la perfección los personajes que interpretan. Para muchos, actuar no se trata solo de memorizar líneas y seguir instrucciones del director, sino de una transformación completa que involucra cuerpo y mente.
Desde perder o ganar cantidades drásticas de peso, someterse a dietas extremas, vivir en la calle o soportar condiciones climáticas adversas, estos artistas han demostrado una dedicación impresionante para lograr actuaciones memorables. Algunos han llevado la inmersión en sus personajes a tal punto que han puesto en riesgo su salud física y mental, demostrando que la actuación es mucho más que solo entretenimiento y glamour: es un compromiso con la autenticidad y el arte. A continuación, se presentan algunos ejemplos destacados de actores que han realizado sacrificios extremos en nombre del cine:
Transformaciones físicas extremas de estos actores en el cine:
Matthew McConaughey
Para su papel en Dallas Buyers Club (2013), McConaughey perdió 22 kilos, lo que afectó temporalmente su visión y puso en riesgo su salud.

Charlize Theron
Durante Monster (2003), Theron aumentó aproximadamente 15 kilos para interpretar a Aileen Wuornos, una mujer condenada por homicidio. Su transformación le valió el Óscar a Mejor Actriz en 2004.

Matt Damon
En su papel de Courage Under Fire (1996), le exigían no sólo perder 18 kilos, sino también lucir demacrado, por lo que comenzó un régimen que consistía en correr 10 kilómetros de mañana y otros 10 de noche todos los días, además de una estricta dieta y un importante consumo de café y cigarrillos. Su salud se vio tan deteriorada que tuvo que mantener supervisión médica por varios meses después de terminar su trabajo en la película.

Jared Leto
Jared Leto en Chapter 27 (2007), aumentó 30 kilos para interpretar a Mark David Chapman, el asesino de John Lennon. Este aumento de peso le causó problemas de salud, incluyendo la necesidad de usar una silla de ruedas debido a la sobrecarga en su cuerpo. Luego para su papel en Dallas Buyers Club (2013), Leto tuvo que perder alrededor de 20 kilos para interpretar a un transexual con VIH y SIDA. “Básicamente, no comía. Comía muy poco”, comentó en una entrevista. También comentó que la pérdida de peso afectó su manera de caminar, hablar y lo hizo sentirse frágil e inseguro.

Christian Bale
Se ha transformado durante los años para diferentes roles. En El maquinista (2004), el actor perdió 28 kilos con una dieta de cuatro meses que consistía en consumir solo agua, una manzana y una taza de café cada día y, ocasionalmente, whisky. Cuando comenzó el rodaje, su peso era solamente de 54 kg, y el actor quedó prácticamente irreconocible. Para su papel en La gran estafa americana (2013) fue todo lo contrario: engordó 20 kilos a base de donas. Y, para Batman tuvo que bajar grasa y subir masa muscular.
Lily Collins
Para su papel en To the Bone (2017), Collins perdió peso para interpretar a una joven que lucha contra la anorexia en la película original de Netflix. Solo que al haberse enfrentado a trastornos alimenticios en el pasado, la actriz estaba “aprensiva” sobre asumir el papel. “Había una línea delgada entre volver a caer en ello o no, pero fui muy consciente de por qué lo hacía: por un propósito mayor, y porque era más madura”.
Joaquin Phoenix
Para su interpretación en Joker (2019), Phoenix perdió 24 kilos en un tiempo récord. La drástica pérdida de peso le causó cambios en su metabolismo y afectó su salud mental, ya que tuvo que mantener una dieta extrema y controlar cada aspecto de su alimentación y rutina diaria para lograr el deterioro físico de su personaje.

Compromiso de estos actores con el realismo y la caracterización:
Marlon Brando
Fue uno de los más notorios propulsores del “método Stanislavski”, un conjunto de técnicas para que los actores logren emociones creíbles y verdaderas en sus personajes. En The Men (1950), su primera película, Brando interpreta a un veterano de guerra que quedó paralítico. Para meterse psicológica y emocionalmente en el papel, el actor pasó un mes en la cama de un hospital.

Daniel Day-Lewis
Conocido por su método de actuación inmersiva, durante el rodaje de Mi pie izquierdo (1989), donde interpretó al escritor cuadripléjico Christy Brown, Day-Lewis permaneció en una silla de ruedas incluso fuera de cámara, lo que le provocó lesiones en las costillas.

Jim Caviezel
Al interpretar a Jesucristo en La Pasión de Cristo (2004), Caviezel enfrentó múltiples desafíos físicos, incluyendo ser alcanzado por un rayo, sufrir hipotermia y dislocarse un hombro durante la filmación.
Leonardo DiCaprio
En Revenant: El renacido (2015), DiCaprio comió hígado crudo de bisonte, durmió en cadáveres de animales y soportó condiciones extremas de frío para dar autenticidad a su papel, lo que le valió el Óscar al mejor actor en 2016.

Natalie Portman
En suu papel de bailarina de ballet en Black Swan (2010), comenzó a prepararse un año antes del rodaje, ejercitándose ocho horas diarias, seis días a la semana, además de imponerse una severa restricción en su dieta, que la hizo perder aprox 10 kilos.

Heath Ledger
Para interpretar al Joker en The Dark Knight, Ledger estuvo seis meses recluido en un motel, donde se familiarizó con la psicología del personaje, ensayó sus gestos, su risa y su forma de hablar, y anotó en un cuaderno todos los detalles sobre cómo interpretaría al personaje. Algunos consideran que esta inmersión profunda en un personaje oscuro y psicótico tuvo algo que ver con su trágico fallecimiento poco después de terminar la filmación.
Margot Robbie
Para su papel como Tonya Harding en I, Tonya (2017), Robbie aprendió a patinar como una profesional en pocos meses de entrenamiento intensivo con la coreógrafa de patinaje Sarah Kawahara. Claro que muchos de los saltos requirieron apoyo de CGI, pero la actriz se cometió a un entrenamiento muy riguroso.
Uma Thurman
Para Kill Bill (2003), junto con su coprotagonista Vivica A. Fox, Thurman se sometió a seis meses de un riguroso entrenamiento de artes marciales, practicando cinco días a la semana, ocho horas por día. Además la actriz comenzó entrenamiento tres meses después de haber tenido a su segundo hijo.

Rooney Mara
Para La chica del dragón tatuado (2011), Mara se hizo los mismos 12 piercings que su personaje, además de cortarse el cabello, decolorarse las cejas, aprender a andar en patineta y motocicleta, y entrenar artes marciales.

Jamie Foxx
Para Ray, Foxx ganó 30 libras y usó párpados protésicos durante el rodaje para simular la ceguera de Ray Charles. Tuvo varios ataques de pánico por la experiencia de estar sin visión durante largas horas de filmación.
Shelley Duvall
En El resplandor (1980), Duvall fue maltratada emocionalmente por Stanley Kubrick, quien la sometió a un rodaje extenuante con escenas repetidas cientos de veces, afectando gravemente su salud mental.

Juliette Binoche
Para Los amantes del Pont-Neuf (1991), Binoche vivió en la calle por un tiempo siguiendo los consejos del director Leos Carax, experimentando situaciones peligrosas para entender mejor a su personaje.

Jack Nicholson y Danny DeVito
En One Flew Over the Cuckoo’s Nest (1975), se internaron en un hospital psiquiátrico para observar el comportamiento de los pacientes. DeVito incluso tuvo que acudir a terapia después del rodaje por haber desarrollado un amigo imaginario.
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