Pocos placeres se comparan con la textura crujiente y el sabor intenso de un buen almond croissant. Lo que muchos no saben es que este clásico de las vitrinas francesas nació como un ingenioso acto de reinvención: los croissants del día anterior, ya secos y menos apetecibles, se transformaban al rellenarse con una buena capa de frangipane (esa crema de almendra deli, suave y perfumada), como toppings se usaban almendras fileteadas espolvoreadas con dextrosa y volvían al horno. Al salir, se convertían en algo aún más decadente… y menos accesible.
Inspirándonos en esa idea de dar nueva vida a algo ya existente, decidimos crear nuestro propio homenaje en forma de pastel: un crumble cake de almendra que captura todo el espíritu de un almond croissant —el sabor a mantequilla tostada, la intensidad de la almendra, la capa crujiente— pero en una versión que puedes hornear en casa y disfrutar a cualquier hora del día.
¿Lo mejor? No necesitas hojaldre ni un laminado perfecto. Solo ingredientes simples, una capa cremosa de frangipane, y un topping que cruje como la parte superior de un croissant recién salido del horno.

Almond Croissant Crumble Cake
Ingredientes para el pastel
- 75 g de mantequilla sin sal, derretida
- 1 cucharada de aceite vegetal (puede ser de canola o girasol)
- 135 g de azúcar mascabado
- 1 huevo grande (55-60 g)
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla
- ½ a una cucharadita de extracto puro de almendra (aquí ojo, no quieres que después sepa a jabón)
- 180 ml de leche entera
- 100 g de harina de almendra
- 90 g de harina de trigo todo uso
- 2 cucharaditas de polvo para hornear
- ½ cucharadita de sal
Para el frangipane (relleno de almendra):
- 60 g de mantequilla sin sal, suave
- 60 g de azúcar glass
- 1 huevo
- 60 g de harina de almendra
- ½ cucharadita de extracto de almendra
Para el crumble:
- 50 g de harina de trigo
- 40 g de harina de almendra
- 50 g de azúcar mascabado
- 25 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 5 g de canela
- ½ cdita de sal
- ½ cdita de extracto de almendra
Instrucciones
- Precalienta el horno a 175°C. Engrasa y enharina un molde redondo de 22 cm.
- Para el frangipane: bate la mantequilla con el azúcar glass hasta que esté cremoso. Añade el huevo, la harina de almendra y el extracto de almendra. Mezcla hasta obtener una crema homogénea. Reserva.
- Para la masa del pastel: mezcla en un tazón las harinas, el polvo para hornear y la sal. En otro recipiente, combina la mantequilla derretida pero fría, el aceite, el azúcar, el huevo, los extractos y la leche. Incorpora esta mezcla húmeda a los ingredientes secos y revuelve hasta que no queden grumos, sin sobrebatir.
- Vierte la mitad de la masa en el molde. Con una espátula, distribuye el frangipane encima. Cubre con el resto de la masa.
- Para el crumble: en un tazón grande, mezcla las harinas, el azúcar, la mantequilla, la canela y la sal. Añade el extracto de almendra y las almendras fileteadas. Mezcla con la pala y para que queden trozos grandes y deli, puedes enfriar la masa ligeramente, y luego pasarla por una rejilla cuadrada. Espolvorea esta mezcla sobre el pastel hasta arriba.
- Hornea durante 40 a 50 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. Si el crumble se dora demasiado rápido, cúbrelo con papel aluminio a mitad de la cocción.
- Deja enfriar por completo antes de desmoldar. Justo antes de servir, espolvorea la superficie con una mezcla de partes iguales de azúcar glass y maicena; esta combinación evita que el azúcar se disuelva con la humedad del pastel, ayudando a que el acabado se mantenga intacto por más tiempo.
Debe estar conectado para enviar un comentario.