En la Condesa, se encuentra un refugio para los amantes de la música: 99 Records, ubicado en Av. Ámsterdam 62. Este espacio nació en 2022 de la pasión de dos socios, uno de ellos, quien durante sus recorridos por las calles de Nueva York adquiría discos de vinilo a precios espectaculares, fue construyendo una colección que hoy es la inspiración detrás de la tienda. Por su parte, Carlos Metta, diseñador de sonido, compositor y músico, encontró el local perfecto en la CDMX y ambos propusieron abrir una tienda de discos de vinilo, y así, con una mezcla de timing, destino y un poco de suerte, surgió 99 Records.

Cómo es la experiencia de 99 Records y Shhh en CDMX
Al ingresar, te recibe una cuidadosa selección de vinilos que combina álbumes icónicos con joyas por descubrir. Cada disco ha sido seleccionado meticulosamente, reflejando la dedicación y el amor por la música que caracteriza al lugar.
La evolución del proyecto llevó a la apertura de Shhh y su icónico Deep Listening Room, un espacio en el segundo piso donde la experiencia sonora es protagonista.
Ambos espacios están equipados con tecnología de alta fidelidad que incluye una tornamesa Roksan Xerxes 20 plus, fonocaptor Clearaudio Virtuoso Wood, pre de phono Manley Chinook, preamplificador Manley Shrimp, amplificador Manley 75 + 75 y bocinas Altec VOTT A7. El bar, por su parte, cuenta con preamplificador McIntosh C32, amplificador McIntosh MC 40 y bocinas JBL 4333. Algunos de estos equipos fueron adquiridos de partes provenientes de distintos lugares, desde bocinas antiguas de catedrales hasta equipo especializado traído de Alemania y Estados Unidos. Lo más desafiante fue reconstruir el sonido, encontrar las piezas adecuadas y ensamblarlas para lograr la calidad acústica que los define.

Al ser un espacio hecho y para los melómanos, en el listening room se promueve hablar en tono bajo, evitar el uso de teléfonos y computadoras, y respetar el ambiente para que todos logren vivir una experiencia sonora profunda.
No se aceptan reservas, solo walk-ins, a menos que quieras reservar el espacio para un grupo grande. El lugar es pequeño y permite entre 30 y 40 personas por sala. No hay DJ ni playlists: la experiencia es escuchar el disco completo.

Cada noche, se presentan sesiones musicales curadas en torno a un tema en específico. En lugar de una simple selección de canciones, se escuchan discos completos en un orden cuidadosamente pensado, permitiendo apreciar la narrativa original de cada obra. Durante nuestra visita, disfrutamos de la sesión Poets, que incluyó álbumes como Pink Moon de Nick Drake, Songs of Leonard Cohen de Leonard Cohen, Bringing It All Back Home de Bob Dylan, Horses de Patti Smith y Blonde on Blonde de Bob Dylan. Cada sesión tiene un hilo conductor que puede girar en torno a un estilo compartido, una época específica o un contexto geográfico en común. Aquí, la música se respeta, se vive y se escucha de principio a fin, con instantes de silencio entre cada vinilo que refuerzan la inmersión y permiten asimilar cada nota antes de la siguiente experiencia sonora.
El bar ofrece una coctelería excepcional, destacando su Negroni Blanco llamado Hit and Quit It, elaborado con Carpano Blanco, London dry gin, aperitivo cítrico, aperitivo blanco y aperitivo de genciana. La carta de cócteles ha sido diseñada por Ismael Martínez, conocido como Pollo, un bartender de renombre que ha trabajado en lugares icónicos y reconocidos. Sus creaciones están pensadas para sorprender y elevar la experiencia sensorial del lugar. La propuesta gastronómica incluye platos como la ensalada caprese, entre otras delicias que complementan la experiencia auditiva. Un espacio que recomendamos 10/10.
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