Seguro a tu lomito lo consideras como de la familia, por eso lo alimentas y cuidas físicamente, pero a veces hay conductas que lejos de ayudarle, o ayudar de reforzar el vínculo que ambos tienen, le producen cierto desconcierto. En este caso él se pregunta qué está pasando, y aunque puede no ser directamente tu culpa, sí estás teniendo hábitos que confunden a tu perro.
Por eso, te decimos qué hábitos debes reemplazar con base en las recomendaciones de un especialista en comportamiento animal de la Universidad de Sidney. Estas acciones, por supuesto, funcionarían mejor en la edad temprana, cuando son cachorros, para que entiendan el mundo que les rodea, pero si ya no estás en este caso, solo basta con hacer los cambios de manera paulatina.
Qué hábitos confunden a tu perro
Dejarlo solo
A diferencia de los gatos, los perros son más sociables y dependientes. Por eso, les estresa quedarse sin compañía. De acuerdo con expertos, el tiempo que puedes dejar solo a tu amigo depende de su edad: cachorros, máximo dos horas; perros de más de 18 meses, hasta seis horas al día, y los adultos, igualmente 6 horas a lo mucho, pero con un rango de solo dos horas mínimas si su salud así lo requiere.
Otro aspecto que puedes probar es sumarle un compañero, ya sea un perro o incluso un felino. Todo dependerá del carácter de tu lomito, su edad y habilidades sociales. Y si esto tampoco es posible, siempre es efectivo sacarlo a ejercitarse antes de que te vayas.
Ignorarlo cuando están juntos
El perro es por naturaleza un animal explorador, y juguetón, así que puede que no sea suficiente estar compartiendo el mismo espacio (¿ver la tele mientras está echado en la sala te suena familiar?). En lugar de eso, interactúa un poco con él. Los entrenadores de perros recomiendan hacerlo por unos 3 minutos unas cinco veces al día, sin que excedas el cariño, pues también puede desarrollar ansiedad por la súper dosis de amor y luego el bajón de quitársela.
Abrazarlo hasta cubrirlo
Desde la perspectiva del instinto, un perro se mantiene siempre listo para atacar y no le gusta quedar prisionero, ni por otro de su especie ni por ti. Si observas que tus abrazos que lo envuelven totalmente le causan incomodidad, entonces debes dejar de hacerlo. Haz la prueba, a ver si con un premio logras entrenarlo, y si no funciona, simplemente no lo fuerces. Hay otras maneras en las que puedes tener contacto físico sin que se sienta amenazado.
Atentar contra su olfato
Cada vez que tu perro te huele capta toda tu esencia y la decodifica. Lo mismo pasa con su entorno. Entonces, si hacemos cambios constantes de productos relacionados con lo olfativo, puede que no se sienta identificado. Ojo, esto no quiere decir que dejes de limpiar sus trastes de comida o laves su cama cada cierto tiempo, sino que uses un producto adecuado. Una recomendación es el agua tibia y el jabón para trastes. Además de evitar desinfectantes como el cloro porque puede dañarlo.
Y obvio, hay que decir que llegar a casa con olor de otro perro (o mascota) no será del agrado de tu amigo. Evítalo en la medida de lo posible.
Dejar que te muerda
Para los perros, morder, sobre todo en el juego, es algo natural. Y como ya te habrás dado cuenta, sus colmillos pueden hacerte más daño del esperado. Si no quieres entonces pasar un mal rato y además regañara a tu perro por algo que él considera normal, entonces no dejes que te muerda. Para eso están sus juguetes e incluso las carnazas que le ayudan a mantenerlo tranquilo y le limpian los dientes y encías.
Darle de comer fuera de su plato
Esto puede implicar muchas situaciones: desde darle pedazos de comida mientras estamos en la mesa, hasta tirarle algo al piso. Por eso, debes reforzar el comportamiento de que todo lo que le ofrezcas de comer, se lo pondrás en su plato. Y por supuesto, no siempre tienes que darle algo solo porque te lo pide.
Y en caso de que lo encuentres hurgando en la basura o se robe algo de la mesa, es necesario que corrijas su acción: no debes pegarle, pero si puedes castigarlo un poco pasando menos tiempo con él durante el momento inmediato a la travesura, hablarle en un tono diferente que pueda identificar y relacionar con que estás enojado y sobre todo tenerle respeto y cariño.
Tratar extremadamente bien a los extraños frente a tu perro
Este es otro de los hábitos que confunden a tu perro. Aquí no se trata de que seas descortés con tus visitas o nunca tengas invitados en casa, sino que decidas qué puedes hacer frente a ellos y qué no. Esto dependerá de su carácter y la manera en que convive contigo, pero definitivamente a un perro no le gusta que seas más cariñoso con extraños que con él.
También evita llevarlo a otras casas: no es su ambiente y probablemente se sentirá desconcertado por el cambio. Solo aplica esto en caso de que verdaderamente conozca a las otras personas o se haya acostumbrado a hacer la visita.
No ser constante
En el comportamiento humano, como en el perruno, lo pero que puedes hacer es ser cambiante. Si un día le premias por algo y al otro día lo castigas, entonces tu perro no sabrá cuál es la conducta que esperas de él. Sé constante, y paciente, y tú perro te entenderá mejor.
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