La actitud de tu gato puede decirte mucho sobre su estado de salud: ¿duerme más, se ve más cansado o simplemente come menos? Algunas de estas son conductas normales dependiendo del contexto, por ejemplo, en días de más calor es probable que tome más siestas en algún rincón fresco de la casa. Sin embargo, esto debería ser transitorio, pero si no es así, pueden ser señales de posibles problemas en su ánimo. Para detectarlas, te explicamos algunas señales de depresión en gatos.
Qué es la depresión de gatos
Si bien no es equiparable a la situación en humanos, la depresión gatuna podría verse como un estado de ánimo más triste, principalmente provocado por algún factor externo que le cambia la rutina. Hay que recordar que los michis son animales sumamente rutinarios, y si ese patrón se rompe de forma abrupta, puede cambiar su actitud diaria.
Según los veterinarios, algunas causas de depresión pueden ser la falta de libertad (por ejemplo, una molestia que le impida moverse libre), mudarse, estar mucho tiempo solo de forma repentina, falta de estímulos como juego o atención, un nuevo miembro en casa (desde otro gato a un bebé o una visita), estrés (muchas veces compartido por su humano), pérdida de algún miembro de la familia, alguna enfermedad y hasta un evento traumático.
Cómo saber si mi gato está deprimido
Para responder esto, debes analizar todas las situaciones: desde detectar si ha habido algún cambio en la vida de tu felino, hasta ver sus actitudes. Algunas de las señales físicas a las que debes prestar atención son estas:
Falta de apetito
En general es la primera señal de que algo anda mal con tu gato, ya sea porque hay un problema de salud o porque no se siente feliz. Antes de ponerte en alerta total, verifica que no sea solo una actitud de uno o dos días, ni un hartazgo por su comida; por ejemplo, haz un ligero cambio en la dieta hacia algo sumamente apetecible, y si ves que sigue igual, entonces sí tómalo en cuenta.
Más horas de sueño
Tu gato debe dormir en promedio unas 16 horas al día de manera espaciada, pero si esta cantidad aumenta o se vuelve continua, quizá hay una señal de alerta. Intenta hacer que se active en sus momentos de vigilia, por ejemplo, con juegos, para ver si hay algún cambio.
Cambios en su higiene
Ya sea para bien o para mal, esta modificación es importante. Toma nota si de repente tu gato ya no se asea como antes o si pro el contrario tiene una limpieza excesiva que le hace incluso perder pelo.
Más vocalizaciones
Hay gatos más ‘platicadores que otros’, pero según los expertos, cuando algo va mal, se pueden volver muy vocales con un cambio en el tono del maullido. También, puede que ronroneen más, pues es una forma de calmarse y estar tranquilos (el ronroneo no siempre se activa como señal de que estén felices).
Agresividad y tensión corporal
Una cosa es que tu gato sea poco sociable y otra que se vuelva agresivo de repente, sobre todo contigo. Cuando un micho está deprimido, puede ver todo como una amenaza, así que ante cualquier estímulo actuará de forma hostil. También puede que tenga un lenguaje corporal más tenso, como en posición de alerta, aunque no sea necesario.
Hacer fuera del arenero
Si de repente tu no hace en su baño, te quiere decir algo y probablemente sea depresión en gatos. En el caso de la orina, puede relacionarse con una forma de marcar su territorio para tranquilizarse. La Veterinary Ireland Journal dice que esto puede ser para rodearse de su propio olor y así reducir la ansiedad. Así que quizá no debas ver esta actitud como una simple travesura.
Cómo actuar con un gato deprimido
Ante cualquier signo, debes acudir al veterinario, ya sea para descartar un problema de salud o para evaluar si realmente tu gato está deprimido. A la par, evita cambios bruscos en la rutina y pasa tiempo con tu michi para estimularlo: juegos, mimos y compañía para que no se sienta solo. Cualquier otra recomendación, por ejemplo como medicación, podrá dártela el especialista médico.
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