Por fin llegó el equinoccio de primavera, esa fecha en la que cambiamos de estación, tenemos más calor y la luz nos llena de una mejor energía. Y no es casualidad que sea así: en realidad se trata del momento del año en el que el sol está directamente sobre el Ecuador de la Tierra y su luz se distribuye de igual manera por todo el planeta. Por eso muchos aprovechan estos días para visitar zonas arqueológicas para cargar energías y renovar ciclos.
Entre las zonas arqueológicas más visitadas del país para esta fecha están Chichen Itzá, en Yucatán, y Teotihuacán, en el Estado de México. Sin embargo, no necesitas ir solo a esas para disfrutar de esta tradición en la que, según dicen popularmente, se atrae la renovación y renuevan los ánimos. Además, podrás aprovechar para tener una escapada rápida de la rutina sin ir tan lejos.
Zonas arqueológicas cerca de CDMX
Cholula, Puebla
Ubicada en el centro de esta ciudad, lo que más destaca es su gran pirámide que, por sus dimensiones, es considerada la más grande del mundo en cuanto a base. La ciudad, llamada Cholollan, llegó a ser tan importante como Monte Albán o Teotihuacán, aunque actualmente solo se aprecie una pequeña parte. Como extra, se encuentra justo a un lado de la iglesia de la Virgen de los Remedios, un imperdible de Cholula por estar situado en la cima de un cerro desde el que puedes tener vistas de la región y, con suerte, la postal del Popocatépetl al fondo.
Xochicalco, Morelos
Puedes encontrar esta zona arqueológica no muy lejos de Cuernavaca, a menos de 40 kilómetros. Su estructura se da en una colina, la cual fue modificada por sus habitantes para crear planicies en las que asentaron toda la organización de la ciudad: en la parte baja las casas de la población de menor rango, y conforme se asciende, las plazas y los edificios para los gobernantes y religiosos. Entre los elementos que destacan está su plaza principal, la pirámide de las serpientes emplumadas, su juego de pelota y el observatorio dentro de una cueva adaptada.
Tula, Hidalgo
Aunque puede parecer de menor extensión en comparación con otras zonas arqueológicas, destaca en belleza e importancia. Primero, por tener los clásicos atlantes o esculturas de guerreros toltecas que, según la leyenda, protegían la ciudad. Estos se encuentran en la parte superior de la pirámide central. Además, en esta zona se originó el juego de pelota, por lo que guarda importancia para todas las culturas prehispánicas. Finalmente, también se puede disfrutar del Palacio Quemado, rodeado de columnas, banquetas y altares.
Malinalco, Estado de México
Esta es un área única respecto las otras zonas arqueológicas, pues se hizo de una sola pieza en una enorme roca al borde de una barranca. Pero quizá lo más impresionante es que fue construida para fines militares por los mexicas, y ahí se hacia la iniciación de los guerreros. En general, puedes encontrar estructuras monumentales, así como símbolos de guerreros águilas y jaguares.
Cacaxtla, Tlaxcala
Cuenta con dos zonas, Cacaxtla y Xochitecatl. Su origen se relaciona a la caída justo de Cholula y de Teotihuacán, por lo que es de las zonas más jóvenes. Aquí puedes ver terrazas y diferentes pirámides, pero destaca el Templo de Venus, el Templo Rojo y el Gran Basamento, en la que se encuentran diversos murales muy bien conservados. Llegar no será difícil, pues está a solo dos horas de CDMX manejando, y a 19 kilómetros de Tlaxcala.