A pesar de que vivimos en una época en la que la sociedad ya tiene la mente mucho más abierta que antes, aún existen ciertas situaciones en las que -aun- no podemos evitar pensar en el ‘qué dirán – qué oso‘.
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Y como el primer paso para solucionar un problema es admitirlo, hicimos una lista de estos momentos por los que todos hemos pasado y probablemente nos hicieron sentir avergonzados… y no deberíamos.
¿Con cuál te identificas?
Que suene la alarma cuando entramos o salimos de una tienda
Por ser una medida de seguridad, el hecho de que suene significa que hay una irregularidad. No hay momento más incómodo que los aparatos empiecen a sonar como locos, cuando en realidad solo piensas con qué te vas a poner ese nuevo pantalón que acabas de COMPRAR. Aquí es donde de verdad aplica el dicho ‘pena robar y que te vean’. Mientras todo esté en orden… no pasa nada.
No saber pronunciar marcas
Seguramente alguna vez te pasó que no sabías si se decía ‘Louis’, ‘Lui’ o ‘Luis’ Vuitton. No hay ningún problema. El nombre de la marca está en francés y se vale admitir ‘No sé cómo se pronuncia’ si en realidad no sabes. Si sí sabes y te da miedo “quedar mal”, practícalo. Y si no tienes idea, tampoco tiene absolutamente nada de malo PREGUNTAR.
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No conocer algún ingrediente o platillo en una carta
Así como un australiano no tiene idea de qué es el huitlacoche, es totalmente válido que tu no sepas lo que es el alioli. Hay tanta variedad de todo tipo de alimentos, ingredientes y especias que incluso es mejor preguntar al mesero qué es (y a qué se parece, en caso de que te conteste y te quedes igual que al principio) para evitar recibir un platillo que no es lo que pensabas.
Ser fotografiado en bikini/traje de baño
Los medios de comunicación siempre han forjado un estándar de belleza en las sociedades del mundo. Pero en los últimos 10 años se ha luchado en contra de esto para concientizar que absolutamente TODAS las formas de cuerpos son hermosas. No importa si eres alto o bajo, flaco o con curvas. Lo más importante es estar sano. Un poco de grasa no le hace mal a nadie y tenerla (o no tenerla, en muchos casos) no le debería avergonzar a nadie.
Mostrar las fotos de la pubertad
Sí, son horribles los braquets y los granitos en la cara. Pero gracias a esa transición en nuestra vida somos lo que todos ven en este momento. Así que en vez de esconderlas a toda costa, ¡hay que mostrarlas con orgullo! ¡YA PASÓ!
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Ser un verdadero fan y/o ser coleccionista
Hay coleccionistas de cosas tan extrañas, que muchas veces se podrían sentir juzgados por hacerlo. No importa si eres el más fan de Justin Bieber (y tienes todos sus discos y posters de conciertos) o de Harry Potter (y tienes las varitas de todos los personajes, junto con los boletos de entrada al parque de Orlando, y los paquetes de Berty Bott’s Jelly Beans). ¡PRESUME TUS TESOROS! Y quien te juzgue es el que necesita conocer un poco más el mundo.
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