A partir de nuestros veintes empezamos a adoptar hábitos que pueden parecer inofensivos. Pero en realidad, al paso de los años pueden afectar severamente nuestra salud y apariencia, a tal grado que nos podemos ver más grandes de lo que en realidad somos.
Un detox para la piel creado con orquídeas
Lo peor de todo es que sabemos que costumbres como fumar o no usar protector solar nos hacen daño, y aún así lo hacemos. A continuación, la lista de cinco hábitos que muchos de nosotros tenemos y que fomentan el enjecimiento prematuro.
Tomar de un popote
Además de que los dientes se exponen directamente a los líquidos de ingerimos, esta acción provoca repetidas contracciones alrededor de la boca. El resultado: arrugas bastante parecidas a las de fumadores habituales.
Usar lentes de contacto
Todos sabemos que la piel del contorno de los ojos es la más delicada. Por eso, poner y quitar los pupilentes lastima mucho esta zona. Jalamos y movemos la piel para que el lente se acomode sin importar los efectos que esto pueda causar a largo plazo. Además, muchas veces también al usarlos nos tallamos porque se mueven, o simplemente no vemos tan bien y fruncimos la mirada. ¿Necesitamos decir más?
Así se obtiene una piel luminosa y radiante
Dormir boca abajo o de lado
¿Quién no se ha despertado con las marcas de la almohada o la sábana en la cara? Esto se debe a que la piel se estira, se empuja y se maltrata con la superficie que se recarga. Y aunque durante el día estas líneas desaparezcan, con los años la piel puede perder el colágeno y el tejido conector que es reponsable de este efecto.
Pasar mucho tiempo frente a la pantalla de la computadora, celular, etc…
No vivimos concientes de todo el tiempo que pasamos frente a la computadora y el celular. Y mucho menos de la postura que tenemos al hacerlo. La mayoría del tiempo nuestra espalda está encorbada y la cabeza agachada, lo que resulta en el “tech neck“. Este efecto es prácticamente una ‘papada’ permanente y flacidez en esa zona.
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Usar la calefacción
Aunque los cambios de clima no sean nada agradables, usar la calefacción lo único que provoca es resequedad en la piel, uno de efectos que puede provocar muchos otros problemas. Lo ideal es ponerla en un nivel muy bajo o usar un humidificador para contrarrestarla.
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