5 formas de reducir tu basura electrónica y evitar daños a la salud

¿Recuerdas qué hiciste con tu último teléfono celular antes de renovarlo?: ¿lo tiraste, donaste o solo sigue en algún rincón de tu casa? Esto pone en evidencia qué hacemos con la basura electrónica y la importancia de reducirla, ya que su mal manejo puede tener consecuencias en la salud y el ambiente. Una solución es dejar de producir tantos deshechos, ¿sabes cómo puedes lograrlo? Te damos algunos consejos.

Qué es la basura electrónica y por qué es importante

Antes, hay que especificar que este término de basura electrónica se refiere a cualquier producto con un enchufe o una batería, como grandes electrodomésticos (un refrigerador o la lavadora), monitores y pantallas, celulares y tabletas, y por supuesto computadoras. Incluso, entran en esta categoría aquellos objetos como los cepillos eléctricos y hasta las secadoras. De acuerdo con la ONU, en la última década se ha incrementado en un 82% en el mundo la generación de basura electrónica.

Un mal manejo de esta basura puede causar daños en la salud, pues contiene algunos materiales pesados como mercurio, cadmio, plomo, cromo y arsénico, que pueden ocasionar afectaciones al sistema nervioso central, provocar infertilidad o hasta afecciones de huesos y riñones.  El riesgo está en que estos objetos terminen en vertederos y entonces sean una fuente de contaminación.

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Cómo reducir tu basura electrónica

Reduce tus compras

El primer consejo tiene que ver con hacer un consumo electrónico responsable; es decir, alargar la vida útil de los dispositivos para que no se deban renovar constantemente. Para ello, cuida las baterías, evita que las pantallas se rompan, mantenlos actualizados y haz todo lo posible para que su longevidad sea mayor. También, puedes preguntarte si es necesaria una nueva compra, por ejemplo, de un dispositivo electrónico.

Compra de forma inteligente

Si definitivamente vas a comprar un nuevo objeto, entonces asegúrate de varios elementos previos: que no vaya a darse obsolencia programada por parte de la empresa (es decir, la fecha de caducidad intencional), viabilidad de reparación y refacciones, y hasta seguros de garantía. Si un vendedor no se hace responsable del producto en un corto plazo, es probable que sea porque dejará de funcionar.

Reutiliza lo que aún sirve

Ya sea que busquemos un aparato más novedoso o simplemente debamos cambiar algunos por una razón externa (como una mudanza), entonces es buen momento para hacer que tus electrónicos tengan otra función diferente a la principal. Incluso, puedes donarlos, antes que deshacerte de ellos completamente.

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Repara, si es posible

Una de las razones por las que desechamos un objeto electrónico es porque dejó de servir y no queremos repararlo, aunque ello no signifique que está totalmente obsoleto. Una adecuada evaluación de costo-beneficio nos hará ver si es factible invertir en la reparación y así tener ese producto por un tiempo más. Muchos de ellos cuentan con sistemas de garantía y centros de asistencia técnica que brindan soluciones no solo rápidas, sino bastante efectivas.

Tira tu basura en el lugar correcto

A corte plazo, esta medida no reducirá la basura electrónica, pues es un hecho que ya te vas a deshacer de un producto. Sin embargo, la adecuada gestión y su depósito en los contenedores especiales hará posible el reciclaje de materiales y la creación de otros aparatos. Hay algunas tiendas que te ofrecen programas de descuento si llevas un equipo que ya no quieres, así que puedes aprovechar esta opción.

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